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martes, 31 de enero de 2023

Lluvia

 

Estudio de la lluvia de Leonid Afremov (Bielorusia, 1955)

Lluvia

 de

 Gilberto Aranguren Peraza

 

Sabría decir si las sombras percibidas en las noches,

mucho antes de acostarme provienen de las brisas callejeras

pero no. Es difícil atender el idioma de las sombras

porque sus manos atienden y vigilan las esquinas

de las casas, sobre todo cuando llueve y nos quedamos

dormidos a gusto del frío nocturno debajo de una cobija

en resguardo del sueño y la complacencia de la mañana.

 

Pero nuestras piernas se hunden cuando el llanto

de un niño despierta a todo el vecindario. Y nos encontramos

en las ventanas y con nuestros saludos

hacemos latir con fuerza nuestras pieles en el mismo

instante cuando consumes un vaso de leche tibia.

 

Entonces, la calle se abre libre y desesperada

y una gota de la primera lluvia de otoño se queda

impregnada en uno de los cristales de mis anteojos.

 

copyrigth©gilbertoarangurenperaza

 

domingo, 29 de enero de 2023

Vigilantes

 

Momento sin vigilancia de Christine Comyn (Belgica, 1957)

Vigilantes

de

Gilberto Aranguren Peraza

 

 

Asombrados vemos cómo la ternura con un dejo

de ira se deja atar a las sabanas

en esta cama: tan ancha como una planicie de arena.

Mis piernas hacen el esfuerzo por pasar

inadvertidas en medio de la demostración de la piel.

Mis manos como delgados libros: tantean el desnudo

y el amor, como cualquier desprevenido, siente mucho 

bajo las sábanas, donde emergen tartamudas en mitad

de un cuerpo mirando todo el abismo. Dejándonos a solas

desapareciéndonos con la tarde.

 

Entonces comenzamos a vigilar la casa como guardianes 

descalzos y serenos a la llegada de la lluvia en su temprana

huida por la ventana. Como pudimos huimos también nosotros

con el mundo

resbalado en nuestros labios

y cerramos las puertas. Manteniendo en secreto lo escondido

entre las piernas. Las juntamos fuertemente. Y pusimos los ojos

como golondrinas e iniciamos la mirada al infinito revelado

en la ventana.

 

Sin darnos cuenta comenzamos a reírnos

hasta la llegada del amanecer.

 

copyrigth©gilbertoarangurenperaza

lunes, 23 de enero de 2023

Despedida

 

 

Despedida al amanecer de Mritz von Schwind (Austria, 1804 - 1871)

Despedida

 de

Gilberto Aranguren Peraza 

 

De noche en la espera impaciente, y con el destino 

con el cual subía hasta el umbral del pueblo

encogido, silencioso y austero. Porque en mi memoria

poco a poco fueron escondiéndose las pocas luces del pasado

en aquella casa donde las cartas reposaban en el baúl

 

las horas se refrescaban y se hundían en el ritmo

dejando claras línea de la vida mientras la lluvia

se desplazaba en la ventana dejando a la vista

una carretera invertida

 

de frente en el camino miraba con sonora sorpresa

cómo caían las huellas de tu recuerdo

 

con cautela abrazaba los senderos y tus brazos de plata

encandilados por el fuego oloroso a romero y a tomillo

 

saltaban conmigo mientras tu rostro aparecía

en la madrugada porteña

 

solo miraba en mi mente cuando caminabas directo

a la puerta secreta por donde se escondieron 

por mucho tiempo los rostros desesperado.   

copyrigth©gilbertoarangurenperaza

domingo, 15 de enero de 2023

Desierto

 

 

Cactus de Boleslaw Cybis (Lituano - Polaco, 1895-1957)

Desierto

de

Gilberto Aranguren Peraza 

 

 

La navidad se sale de mis manos con una particular

corbata

 

y se acurruca al lado de una maceta de cactus para bordear

la noche repleta de alacranes y miserias distraídas

 

este dolor de cabeza es una especie no fumada

se escondió en el monasterio de mi memoria quedándose 

al cuidado de las luces y de las vigilias eternas.

 

Oí las voces nuevamente y me dije:

vuelven las guerras

con sus minuciosas palomas de acero cargadas

de cabellos rojos con finas morisquetas de agosto.

 

No podemos seguir corriendo atrás

de las zanahorias: son camiones cargados de abismos

y asombros. De sus adentros se oyen risas dibujadas

como valles de ríos.

 

Dios dejó de caminar por esas avenidas. Sólo vemos

el esfuerzo del ganado queriendo ser humano.

A los hijos bailar gustosos con las hormigas

en los bares a los ancianos comerse un poco

el polvo del trigo

 

y en la oscuridad dejada en el patio

sigue la musa intentando

adivinar

hasta dónde llega este desierto.

 

copyrigth©gilbertoarangurenperaza