|
Fidelidad de Briton Rivière (Reino Unidos, 1840 - 1920) |
Gilberto Aranguren Peraza
Éramos
tres. Una estaba a salvo
rumbo a casa de otra de las chicas
el perro continuaba guiándonos
el camino
un cigarrillo y voz temblorosa:
- ¡Esto está feo, mira…! – las miradas
quedaron, prácticamente, pegadas
en la imagen de una mujer
llevaba a rastra una cadena larga
y gruesa
y al contacto con el suelo generaba
un ruido estruendoso
El perrito creó alrededor nuestro
una trayectoria circular
La mujer nos miró, pero no se acercó
Tenía ojos rojos como si hubiera consumido
alguna droga especial. Llevaba falda y blusa floreadas
golpeada y con rostro sangrante
sus pies pegados al piso
señalaban un abandono
Corrió y desapareció al cruzar la esquina
introduciéndose en un poste
del alumbrado el cual se encontraba
a no más de cinco metros de la entrada
de la calle. Más allá de ahí
no vimos su figura
El perro continuo la marcha
más atrás íbamos nosotros
siguiéndolo
habíamos descubierto a nuestro
guardián.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza