Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Su boca es memoria precipitada
y profecía de muerte.
La resurrección desgarra
una nostalgia indefinida
sus voces recogen incrédulas
[como pared con hiedra]
las toallas tendidas en la noche.
Cuando abrió la carne
de muchos años de historia
las hormigas danzaron
en honor al fantasma
de la montaña
quien agarradito de las manos
con los hombres de almendros
se fue al Silencio
con un baño de mañana.
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