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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Estatua de cenizas



 
Ángel Caído

Autor: Gilberto Aranguren Peraza


Transita en medio de cedros
con rostro desgastado y sentado con los pies
escondidos entre escombros
mientras se asoma la lápida llevada por su convulsión.

Domina lo poco dejado en las aceras
un nocturno tatuaje escala la cima de su árbol  
las voces acechan entre luces y ramas  
escondiendo la mirada de sus fantasías.

Palpita con el sagrado grito de las trampas
hechas con hojas y furia
inducida por las fiestas de abril
y la poca valentía de su obscura deshonra.  

Sus mentiras abrieron las puertas
asombraron a los perros y su voz
dibujó pliegues dejados por sus ojos
vigilando el destino de las bestias.

Su garganta dormida, sangra
nadie se escapa para lavarse la cara
para quitarse de encima el mal olor
de estas avenidas construidas a lápiz.

Por ello el Señor de los demonios
lo recibió con la boca abierta de tierra
y una leyenda para sostener la tarde
propia de una estatua de cenizas.

1 comentario:

  1. "Se me inflamó el corazón" Intenso ah por cierto la imagen es excelente.

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