El día que el gato se comió al ave
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Prisioneras y escondidas
encuentran al sol de la tarde
con su silencio de huesos
miran el jardín.
Después de cortar la trinitaria
no tienen ramas
para sepultar sus nidos.
Basta con ver
el instante cuando gritan
¡Vuela!
La otra con su sonrisa de gato
maulla al trastocar sus alas
su intención no deja otra salida:
absorber sin piedad
la cabeza del mundo.
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