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martes, 19 de julio de 2016

La abuela se trenzaba los cabellos con trigo



 
Laura en el atardecer de Edvard Munch (1863 - 1944)

Autor: Gilberto Aranguren Peraza



“No te conoce el toro ni la higuera
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre”

Federico García Lorca
De Alma ausente  


La abuela se trenzaba los cabellos con trigo
haciéndose un lazo con una cinta
tan larga como las horas de ausencia del abuelo.
Cuando lo recordaba
anciana y sentadita al frente de la TV   
abría sus ojos de vidrio
estremecidos por la brevedad  
ahogando sus días en las antiguas fogatas
de las noches de otro mundo.

Mi abuelo se marchó un día de enero
con desorden y tristeza de polvo
atravesó el desierto
con su compañera la sombra
llevando en el hombro los macundales
un trozo de pan en la boca
y el recuerdo de aquel misterio en los labios.

Allá quedaba mi madre
sus hermanos
el abandono
las voces nuestras de cada día
llenando el pozo con lágrimas y trozos de tuna

a su alrededor la osadía del jardín de cactus  
diciendo adiós a la juventud
mezclando los fluidos de la tarde
con los corazones repletos de agua
enjuagando las entrepiernas
con llantos de aire y cenizas.

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