¿Por
qué la luna? Si mis manos cerradas contienen siglos de odio y fuego, ellas
huyen por el mar del desnudo y en su orilla los dedos mueren con tus labios de
voz y sonrisa deslizada. El sudor convertido desdobla esta pasión de años de
flores, y con sus pasos la piel repleta de vino, ausente, escapa porque la luna
está ahí, en la ventana, mirándonos con ojos de grillo.
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