Lucas 5, 37 - 39

 

 

El vaso de vino de Johannes Vermeer van Delft (Países Bajos, 1632 - 1675)

Lucas 5, 37 - 39

 

 

Para cuando la noche caiga

estaremos bebiendo, tal vez, el vino añejo

dejado en la mesa.

 

Recordaremos, a la luz de las velas

desgastadas,

moribundas

y olorosas a años,

los antiguos días cuando jóvenes éramos.

 

Aunque la vida sea un desastre

hablaremos del vino viejo y de su sabor, porque

solo la experiencia hace de los días

algo más fácil

 

y sin temor dormiremos asustados por

los truenos

e inventaremos una cascada de vino

y una calle repleta de panes para

amortiguar la eternidad del hambre 

 

Nada será guardado en los sacos

rotos de nuestras memorias. Nada

será entregado sin antes limpiar

cada una de las partículas del amanecer.

 

Nada será cargado a la vida de otros, porque

mientras esperamos las uvas añejarse, nuestras

células convertidas en dibujos de niños, serán

colocadas en la puerta de la nevera.

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