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miércoles, 13 de julio de 2022

De todos modos envejeceré

 

Anciano rezando de Julian Falat (Polonia, 1853 - 1929)

 

De todos modos envejeceré 

de: Gilberto Aranguren Peraza

 

 

Cuando te quedas junto

a la puerta

parada

 

inmóvil

exigiendo de mi parte la admiración

 

la comunicación se obstaculiza.

 

Me obligas a ver y a reconocer tu presencia.

 

A mí nadie me ve llegar. Aunque a ti

te ven en la calle con ojos de sapo

y sonrisa marina de león.

 

Abro la puerta y en silencio entro soltando

toda la tragedia de la calle.

Para eso existe el hogar.

 

Aunque llegue temprano y asista

de prisa a esta nocturna espera

siempre he de dormir junto

a la persona amada.

 

Mi vida lleva prisa, cosa no revelada

en la tuya.

Soy como un móvil sin frenos

me fatigo desde el alba hasta el ocaso.

 

He dejado de pensar en la fama,

en el dinero,

en la búsqueda de la perfección.

Nada de eso tiene sentido.

 

Podré tener el dinero, podré tener

la fama

pero poco a poco voy perdiendo

la gracia

dada a los cuerpos en las épocas

de la añorada juventud.

 

Así, no queda otra cosa: soportar tranquilo

el pasar mientras te quedas en la puerta,

observándome,

tranquila

sonriendo con tus labios de alambre.

 

Aún queda la rapidez mental

mientras los huesos y la carne se van

transformando en sus derivados y poco a poco

y sin sorpresas caemos en el suelo

a veces impregnamos el ambiente de un aroma

de lástima mientras el amor se va despidiendo

en las vitrinas repletas de fotos y piezas

para soportar el Alzheimer.

 

En consecuencia una gran parte de la vida

llena de horribles malestares:

presión arterial

arterosclerosis

dolor lumbar

glaucoma

diabetes

manchas de piel

dolor de rodilla…

 

se va sentada en un autobús mientras

comemos bollitos en hojas de maíz con frijoles

y queso blanco

 

gracias a Dios de algo nos morimos.

 

Pero sabes, mi sentido de la realidad posee

un ajuste dotado de claridad

para no aceptar este  juego al cual quieres

someterme

 

lo tuyo es una triste ficción.

 

Esta autoridad espiritual

es la salvación de mi vida. Me ayuda

a expresarme y a estimular,

aun en los graves momentos,

mi silencio.

 

Porque frente a ti, parada en la puerta,

es preferible mirarte

y callar

 

no estancarse en tus dolores

ni en tus sufrimientos.

 

Hoy día dejo a las piedras golpear

mi tenso cuerpo

aún tengo músculos y fuerza suficiente,

para pasar a tu lado, abrir nuevamente

la puerta

 

y dejarte sola en la sala.

 

Total, de todos modos

envejeceré.


copyrigth©gilbertoarangurenperaza

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