En el jardín de Ervin Plány (Hungría,1885 - 1916) |
Gilberto Aranguren Peraza
Pero la presencia triste de los grillos
Cuando se escuchan los murmullos por debajo
de la puerta,
se dicen breves palabras arrimadas a esta casa
de palmas
las cáscaras de naranja, un día cosechadas por
la previsión de las bocas y los seres desplumados
(quienes aún viven sentaditos en las alcobas
sorprendidos de avenidas)
yacen ancladas por la naturaleza con su aroma
en el tiempo.
Los espacios fueron rotos por el diálogo. Dramática
opresión dada por la presencia donde saltan los sapos
quienes sentados en mi mesa un día decidieron
iniciar la guerra
fue entonces cuando
entre mis hermanos
de sangre y leche
con sus manos
agradecidas
violaron
el código de paz
acordado en la sala de las ausencias.
La casa se convirtió en un valle dilatado
por los fantasmas del odio
sus risas salvajes alfombraron
los rostros del enemigo
y sus ojos se convirtieron en las trampas
pero la presencia triste de los grillos
jamás nos perdonó.
El jardín fue el refugio de las mentiras. Ellas quedaron
plantadas junto a la casa del perro.
Pero los años dejaron al árbol morir, haciéndonos
víctimas con esta miseria de agua
un día hundidos
y otro desgranados
como el maíz
en el reino de tu cruz.
Con lágrimas en los ojos
esperamos
tu ausencia
convertida en gestos.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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