El desierto

Escena de la película TEOREMA de Pier Paolo Passolini

“Entremos juntos, 

y siempre el dedo en los labios, os ruego.

 Los tiempo están desquiciados: 

Oh condenada desgracia 

¿Haber nacido yo para enderezarlo! 

Pero vamos, vayamos juntos”

W. Shakespeare (Hamlet)

Hoy se ve cómo se seca el oasis en este desierto, donde poco a poco hemos perdido la capacidad para sufrir. Morimos sin resistir a las grandes fuerzas de la tormenta. El tiempo, en su círculo mágico, recoge enardecido los ojos fantasmales de los habitantes que han decidido poner en riesgo el amor y la amistad. Como mercurio, líquido metálico de la muerte, los seres corren y van de puerta en puerta, y sus cuerpos se convierten en una gran avenida. Ya nada se parece a la leche materna que alimenta hasta el núcleo del alma. La metáfora y todo el silencio que ella invade, quedaron inmóviles ante la salvaje desgracia del camino. 

GAP