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martes, 17 de marzo de 2015

El paseo de la doncella


Las señoritas de Avignon de Picasso
 

 

La doncella se mueve con sus brincos olorosos a brisa
su rostro es parecido a una larga calle
donde reposan los muelles
con sus silbidos de huesos.
Sus manos doblan con facilidad los espejos
transparentados por los vientos
intensos y servidos como huellas en la alfombra.

Toda ella es un abismo por donde se sumergen
intranquilos los fantasmas de la tarde
sentados y desprevenidos en el parque
con sus murmullos de motos y aire
y con los torrente de humo suavizando
cada espacio de la acequia.

Autor: Gilberto Aranguren Peraza

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