Poesía Inquietante

Inquietud

Prosas Inquietantes

Noticias e Inquietudes

Diálogos Inquietantes

Relatos Breves e Inquietantes

Otras Islas Inquietas

Entrevistas Inquietantes

Otras Islas Inquietas

Poemas de Larga Inquietud

Poetas y poesías que inquietan

Otras Islas Inquietas

Poetas con Vientos que inquietan

Poetas con Fuegos que inquietan

Poetas con Tierras que inquietan

Poetas con Aguas que inquietan

Ensayos inquietantes

Eróticamente Inquietantes

Cuentos Inquietantes y Anónimos

Cuentos Inquietantes de Alemania

Cuentos Inquietantes de Argentina

Cuentos Inquietantes de Austria

Cuentos Inquietantes de Brasil

Cuentos Inquietantes de Canada

Cuentos Inquietantes de Colombia

Cuentos Inquietantes de Cuba

Cuentos Inquietantes de Chile

Cuentos Inquietantes de China

Cuentos Inquietantes de Dinamarca

Cuentos Inquietantes de Ecuador

Cuentos Inquietantes de Egipto

Cuentos Inquietantes de España

Cuentos Inquietantes de Estados Unidos

Cuentos Inquietantes de Francia

Cuentos Inquietantes de Guatemala

Cuentos Inquietantes de Honduras

Cuentos Inquietantes de Irlanda

Cuentos Inquietantes de Italia

Cuentos Inquietantes de Japón

Cuentos Inquietantes de Líbano

Cuentos Inquietantes de México

Cuentos Inquietantes de Nicaragua

Cuentos Inquietantes de Noruega

Cuentos Inquietantes de Panamá

Cuentos Inquietantes de Perú

Cuentos Inquietantes de Polonia

Cuentos Inquietantes de Puerto Rico

Cuentos Inquietantes del Reino Unido

Cuentos Inquietantes de República Checa

Cuentos Inquietantes de República Dominicana

Cuentos Inquietantes de Rusia

Cuentos Inquietantes de Sudáfrica

Cuentos Inquietantes de Suecia

Cuentos Inquietantes de Ucrania

Cuentos Inquietantes de Uruguay

Cuentos Inquietantes de Venezuela

Naturaleza Inquietante

Crónicas Inquietas

Inquietudes y Coincidencias

Textos Inquietantes y Descargables

jueves, 31 de marzo de 2016

Dime de dónde me sostengo




 
 La cama de Henri de Toulouse - Lautrec

 Autor: Gilberto Aranguren Peraza
 
Dime de dónde me sostengo
para tomar prestado estos cabellos de almendra
para suavizar con decoro estas piernas
ahuyentadoras de miedos
para retomar tu espalda con clara
frecuencia en el mes de abril
para buscar debajo de la alfombra
tejida de recuerdos y entusiasmados deseos    
para entender cómo mueves el codo
cada vez que me abrazas a mitad de la noche
para llegar silencioso a los montes levantados
sin necesidad de levadura
descubiertos sólo al olfateo de la blusa, 
para retratarme desnudo con el visaje de alumbre   
dejado por tus ojos.

Dime de dónde me sostengo
si en este lecho pierdo hasta el nombre
y me dejo llevar por los fluidos
y se sumergen las cartas
cada una con una cruz hecha de madera
pulida y labrada con estos dedos de nubes.

Y el festín hecho por los muertos en esta noche
Y la propia muerte entregada con sencillez
a esta cama de delirios y falsos fantasmas
mientras consumen intranquilos
el fuego nacido de lo natural de los cuerpos
o aquel brotado de la tierra.

Todo se consume en esta cama
Donde no hay ni copete, ni patas, ni colchón
ni siquiera tablas agarradoras de cuerpos
Sólo cuerpos y almas de agua
pronombres abiertos como el día
a las seis de la mañana
Aquí se sumergen
las dos caras conyugales
rostros poseídos por lámparas
de mercurio y buenas noticias
traídas a estas páginas en medio
de la oscuridad colmada

Y por si fuera poco
llueve encima de las sábanas
y a través de ellas se asoman
las garras del tigre.

2 comentarios:

  1. Mi querida Maigualida, siempre presente en estas notas. Mis recuerdos por siempre. Abrazos y besos. Gilberto Aranguren Peraza

    ResponderEliminar