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martes, 22 de marzo de 2016

La pérdida



 

Autor: Gilberto Aranguren Peraza

Indefenso baja un hombre por la calle inútil
deja la fiesta a merced del ocaso
convertido en bestia con piel de saltamonte
devora sin piedad al fiel postrado a sus pies.

Los perros descubren el enigma de la noche
convencen a los escondidos detrás de las cortinas
castigan sin piedad el tratado de Dios  
dado a los poseedores del hambre ancestral.

Y los niños observan cómo el mundo se transforma
en el desierto jamás dibujado en sus sueños
toda su tierra es una honda grieta
por donde se escapa el agua traída en el cántaro.

Un largo sonido se sostiene de los vientos
son los gritos de las mujeres embrujadas
ellas sin querer se abren cuando se enfilan
para alcanzar la comida de este infierno.

Con el color del otoño mostrado en sus ojos
de abismo la mueca de una anciana se escribe
con facilidad en las almohadas desgastadas
de tanto andar tras el miedo.

Y todos miran al cielo a la espera de un lunar
observan sus estrellas excitadas de tanto beber
el vino atolondrado de las meriendas olorosas
de un tiempo pasado y prestado al olvido.

Presos en esas nostalgias arañan las paredes
de la oscura avenida con sombras de hormigas
sus cantos derretidos en las hojas son la locura
brotada como brujería en el fondo de los ojos.

Donde las almas ondulan las voces se abren
y se adelgazan con las esquinas cubiertas
por un largo recorrido como sábanas
agonizando en las manos con un adiós a los transeúntes.

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