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Un hombre importante con blusa de Gustave Caillebotte (Francia, 1848 - 1894) |
Gilberto Aranguren Peraza
Cuando
se olvida
Hoy vi a un hombre
sonreír. Reía
bajo la sombra de un
mundo oloroso
a frutas. Era un
viajero de círculos
con una carga de
llaves para abrir
los planes de la
inocencia.
El pobre estaba
hecho de olvidos y de manos
sacudidas. Tenía en
sus bolsillos un enigma
coagulado como un
vacío emigrante dejado
por cada paso dado
en silencio de una esquina
a
la otra.
De
una calle
a
la otra,
mientras
interpretaba las miradas dejadas
por unos ojos
escondidos detrás de las cortinas
desgarradas en una
ventana cualquiera.
Con sus brazos
cruzados y con el desamparo
de sus ojos en
tributo a las tierras sagradas
colocaba un nutrido
campo de trigo sobre su ombligo
tan frágil como su
rostro de carretera
dejando la
posibilidad de la aparición de una lámpara
en el secreto de su
cuerpo
abierto, ahí donde
susurran años de labios
como gotas disipadas
en el cristal
ajado en la soledad
de su locura.
Su piel era una
alegría de muñecas
sobre todo cuando
deslizada en la lluvia
lamentaba las
señales de la noche
y con prisa
retornaba a la abrigada sorpresa
dejada por las
razones ocultas
en la quietud
asustada de su silencio.
Ahí permanecía
dispuesto al viento del sur
con su barba grande
como la montaña
donde brotan las
voces cuando lloran ahogados
los cuentos de la
ficción espiritual
y el miedo a
recordar.
Entonces se descubre
el recinto de la decapitada ansiedad
de un hombre
avergonzado con palabras de polvo
descansando en la
orilla de su memoria.
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