Poema de La Belleza del Marido de Anne Carson

 

Anne Carson (Canada, 1950)

Traducción: Soledad Marambio

 

XXVI. PROVISTO DE UN ESPÍRITU DE DIVULGACIÓN SIN VERGÜENZA O COMO DIRÍA KEATS COSIENDO SUS GARGANTAS A LAS HOJAS ALGO PARA HACER QUE PASE EL TIEMPO

 

Me ves, ves mi vida, ves de lo que vivo - ¿es eso todo lo que

[quiero?

No. Quiero hacerte ver el tiempo.

Cómo las sombras atraviesan las murallas y se van –

 

dividiendo movimiento puro en minutos, horas, años,

[planteamos

el seudoproblema de un «yo» subyacente cuyos estados sucesivos

se supone que son estos. Sea Otón o no.

 

Había una rama que solía mirar desde la ventana trasera de la

[cocina

y poco a poco comencé a llevar un registro de ella

casi cada día

en coplas elegíacas

por ejemplo:

 

Espumando contra su propia mejilla verde se calma en breve

o calmar cada revés de hoja parece

 

(esto fue en primavera, o

aquí hay uno de principios de octubre):

 

Apagado blanquecino y mortal como la línea de tiza

[grabada en la puerta

por Homero quien comparaba la carpintería con un

[estancarse en la guerra

 

(o una mañana nublada):

 

Cuya sombra en lluvia parece indefinida

azotar el muro a alguna velocidad escondida

 

(justo antes de una tormenta eléctrica):

 

Este viento en la noche llevándola por el cielo como

[cuarteto de cuerdas

o Dido sobreviviendo entre rayos despierta

 

(principios de noviembre):

 

Casi yermo: colgando como trozos de huesos largos

en un viento de todos los muertos como los dedos de una

[palma

ves esas almas supurando el letargo

Brillas, la ves remar fuera de la oscuridad vivas las almas

 

(finales de noviembre):

 

Limpieza terrible, hojas amarillas, cuna de la forma del fuego

a través de nieve sucia empapada como mortales en

[trágico atuendo

 

(esperando primavera):

 

Más brillante que una mordida

golpea a la luz de marzo demasiado encendida

 

(o no):

 

Contra este muro, del modo en que los hermanos se

[despedazan

las cabezas con su amor, se enzarza

 

Buenos no te voy a aburrir con todo el anuario

El punto es, en total hasta ahora, 5.820 elegías.

Que ocupan 53 cuadernos de espiral.

Apilados en cuatro estantes en el fondo de la cocina.

Y llevaría tal vez una noche y un día y una noche para leerlas

[todas.

Con fervor