Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Poemas de La sombra del apostador de Igor Barreto

 

Igor Barreto (Venezuela, 1952)

Poemas de

La sombra del apostador

 de

Igor Barreto

(Venezuela, 1952)

 

Academicismos

 

Una acidulada tarde en la Universidad de Princeton,

un catedrático se me abalanzó arrugando el único

corbatín de lunares que tenía,

sólo para increparme:

 

—Dime ¿a qué Dios fue consagrado ese ritual de la pelea de gallos?

 

Amedrentado, le respondí que un gallo

es un héroe crepuscular y una bestia heráldica

que va de la vida a la muerte con demasiada premura

incitando el deseo por contar historias.

 

—Pero ¿a qué Dios? ¡Respóndeme! sin rebabas líricas.

 

Era enorme la desproporción entre mi figura diminuta

y aquella arquitectura de roca negra. Ensayé

entonces, una posible respuesta:

 

—Leyendo a Macrobio y sus Saturnales, podría mencionar que tal desafío se ha consagrado a cuatro divinidades que dominan la vida humana: Daimon, Tyche, Eros y Ananke. Y si me apresura le diré que en el mundo castellano hay un diablo retacón y cojitranco conocido gracias a un libelo del bachiller Luis Vélez de Guevara: semejante demonio bastaría como padrino de estas zarabandas babélicas. En cuanto al templo, es la Casa de Gallos, allí ocurre un ritual hermético, con apuestas y un sentimiento de pérdida y euforia que dibuja en los rostros una máscara violenta. Son muchas las certezas que se adentran en nuestros corazones, hasta dar con una sombra muy remota.

 

Algo evidente

 

Qué sentido tendrá citar primero
La Ilíada y luego La Odisea.
El orden de la vida humana es otro:
recuerdo cuando conocí a David Ceballos,
que era juez de galleras los domingos
y de lunes a sábado lo encontrabas de pie
…..en una esquina
tan pálido como un gladiolo;
también al muy venerable Avilán,
con su rarísima presbicia,
que aún le permitía amarrar en la pata de un gallo
…..una espuela de carey
…..alineada en el lugar correcto;
o el avariento Lorenzo Hernández,
que era dueño de la gallera San Andrés
donde ocurrían los desafíos de gallos
…..en épocas de aguaceros
(jamás vi a nadie contar billetes tan lentamente);
o a Víctor Ganao, que caminaba muy callado
por un bosque de guasduas.
Todos bebíamos ron blanco en garitos de orilla:
…………………….Los Marañones,
…………………….Las Raicitas,
…………………….La Enea,
…………………….Las Cotúas.
Allí nos encontrábamos con el teatral abogado
…..Zaverio Zaverí;
más tarde llegaba Laura Guerrero, una enana soez.
¡Cómo se alegraba con la ropa vieja
…..de nuestras hijas más pequeñas!
De esta manera debería contarse el Todo:
primero el viaje de aquellas humildes vidas:
…..una verdadera Odisea
y luego, al final, La Ilíada:
con su inevitable autodestrucción.

 

El tiempo de vida de las aves

 

La edad de un ave tiene que ver
con la cantidad de veces
que muda las plumas de su cuerpo.
Nunca se habla de muchos años
…..sino de pocas ocasiones
…..generalmente lluviosas
en que de nuevo se «viste»
…..con plumas de parecido color.
Qué vanidoso es el que cambia
…..con cierta frecuencia
su camisa y hasta un par de zapatos,
aunque lo haga con dolor casero
…..frente al televisor
para asistir a esos empleos sin salida
o a los bares de toda la noche.
Mientras que un ave siempre se vestirá menos
…..y morirá más pronto:
justo en el momento cuando toda su sangre
corra a cambiar su plumaje

       antes del último relámpago.

 

Gallerías

 

Más que un toro
de lidia
de ojos inocentes,
el Gallo de Combate
es un animal
letalmente explícito.

Más que una tarde
en alguna
bella maestranza,
la gallera es un
teatro sin escena.

La mirada humana
convierte al hombre
en ave,
y al gallo
lo pone a pensar
igual que tú.

Solo el estoque oculto
tras la muleta
del tercer tercio
y la espuela
de carey
de una jaca de combate
se igualan
en crudeza.

Ambos objetos
podrían ser
las palabras
de un epigrama
de Marcial,
quien no le regateó
al Mundo
lo que el Mundo
era capaz de hacer.

Dame tu crueldad, Mundo,
dame tu violencia,
yo las quiero.

La verdad es que
hay maneras
de mirar a los ojos
el final de la vida.

Pero compartir
ese momento
y creer que mueres
con el otro que muere.
Creer y sentir
una enconosa herida:
eso…
sólo en los gallos.

 

Mensaje

 

Aquel gallo escribió con las pisadas de sus patas
…..un mensaje
para la antropóloga Margaret Mead, donde le rebatía
que las riñas de gallos fueran una pelea de penes:

—En la arena combatimos contra el alma de nosotros mismos.
Quisiera decirle que cualquier desafío está más allá de la pura
representación. Incluso guardamos las razones del porqué
de estas heridas y sobrevuelos mortales. La antropóloga ve
en nuestra imagen algo parecido al maniquí de su laboratorio:
un objeto de polímero inanimado y mudo. Confucio decía
en sus analectas: Cuando un pájaro va a morir,
su canto es sobrecogedor.
Así le cantamos al misterio
que incita a la contienda. La vida y el infierno de un Ave de Riña
tienen un solo círculo, quizás el más angosto. Y el apostador
debe saber que en el envite, no solamente es dinero lo que arriesga.
La cita con la violencia en un ritual de muerte desarrolla
un gusto por el abismo. Entonces, sería mejor declarar zanjada
…..la discusión.

 

Diálogo

 

1 —¿A qué se debe que la pelea de gallos aún exista entre nosotros?

2 —Ocurre así, porque el mito y el rito que cumplen en vida los Gallos de Combate, y toda la parafernalia de su desafío tienen un carácter sacrificial semejantes a la semilla de la tragedia griega y al relato del ritual cristiano.

1 —¿Pero estas peleas existían mucho antes del nacimiento y la pasión de Jesús?

2 —Si. Desde antes. Las riñas de estas aves fueron siempre la expresión de cierta épica humana: La inocencia que al final se encuentra con la muerte.

1 —¿Pero el gallo es un ser bello?

2 —Igual que la vista aérea de valles y ríos, o el difícil bordado de las galaxias. Los gallos son bellos de una manera inexplicable.

1 —¿Tal belleza desaparecerá con el hombre?

2 —Sí, en ese momento. Junto al ritual patético que ha modelado el cuerpo del ave, y los modos de su muerte.

 

La belleza del gallo de combate

 

Entré al patio arenoso de la casa de Avilán
por una portezuela que flanqueaba
el dorso de un muro.
El patio era un rectángulo de arena de médano
que tenía como paraguas
las ramas de un frondoso tamarindo:
…..una sombra ácida
…..atravesada por delgadas
……………………………………..líneas de luz
que se diluían al tocar los granos de médano.
De las ramas del tamarindo colgaban las vainas
color caoba de sus frutos, eran cáscaras quebradizas
como huevos de serpientes ocultos
…..en la penumbra de la fronda.
Al romper las cáscaras podías sentir una carnosidad
…..que te llenaba de saliva la boca.
Lo cierto es que siendo un truhán de quince años
accedí al recinto de aquella gallería buscando ser aceptado
…..por los doce apóstoles galleros
…..que allí se congregaban.
Había recelo y distancia:
…..Ellos contemplaron en vida demasiada muerte.
Irrumpí en puntillas con mis primeras preguntas,
comentando sobre un gallo que asomaba un ojo serio
y muy redondo a través de una jaula:
…..dije que el ave me parecía muy bella.
Pero aquel comentario únicamente obtuvo reprobación.
¿Cómo un ave que se entrega a un ritual de muerte
puede ser bella?
Eso no existe en la experiencia más roja,
ni en la interrogación sobre la muerte.
El tiempo ejecutaba los minutos en aquel patio.
Era el reloj de arena de mis últimas dudas.
Durante esos años un ave de presa me arrancó
……………………………………..los ojos inocentes
y me regaló otros
…………………cuyas pupilas
siempre estarán atentas a la aparición del miedo.
Un Ave de Combate no es bella –lo digo
…..en el sentido más convencional–
Esto tiene que ver con el desacuerdo
entre su apariencia y la verticalidad de sus virtudes
…..sólo visibles para el oído y la mirada
…..que adivina aquello que es interno y secreto.
Su belleza viene ascendiendo desde su alma
por el surco de una cicatriz que enlaza su apariencia
…..con la sombra de un animal
…..nacido para cumplir un duelo.
Algo parecido a la belleza de algunas flores
que sobreviven en el centro de la selva húmeda:
…..como el ave roja del paraíso
     o el bastón de emperador.
¿Quién diría que estas flores son simplemente bellas?
…..a la manera de una rosa, tan ordinaria,
…..o un sencillo clavel.

 

Brevísimo tratado de pintura del gallo combatiente

 

La pintura del Gallo Combatiente
se atiene a la precisa representación
…..del uniforme de un guerrero,
a su delineamiento con el pincel
de una figura bosquejada
gracias al proporcionado trazado de sus plumas:
…..como las onduladas guías de la cola
o las remeras que van en el borde exterior de las alas
delimitando la forma ovalada del cuerpo.

En la imaginación, el conjunto se asemeja mucho
a la forma de un lujoso smoking o a las galas de un paje.

También podríamos pensar en la aguada
…..de rojos y verdes
de los gallos pintados en China o en Japón;
aunque esos gallos
representan muchas veces emociones ininteligibles
que saludan a lo mundano con delicadeza
…..y a cierta distancia.
El gallo oriental no está sublimizado a la manera
de las correspondencias métricas de Vitrubio,
o al canon de Plinio el Viejo.

Debería agregar, que en esta orilla rocosa del océano
la representación del Ave de Riña es apolínea.
Un Gallo de Combate trazado en un lienzo
debe estar solo en el paisaje, sin la cercanía de árboles
…………………………………………o figuras humanas,
…..para que exista más luz.

Los pintores de estos gallos inician su faena
…..al filo de la tarde
creando un verdadero duelo entre la luz
y las sombras de la noche que se aproximan.

Total, se trata de pintar un ave
que tiene una luminosidad apenumbrada
…..cuya imagen inquieta la mente.

Tal pintura
…..es la personificación de un deseo
y sólo vive en lo remoto, junto al sublime egoísmo
que siempre quiere lo mejor.
…………………………………….
Por último, nada es más humilde
y le conviene más a este empeño
…..que la pintura de caballete.
A veces resultará difícil conseguir en el mercado
…..suficiente óleo, buen aceite de linaza
…..y fragante trementina.
Porque un gallo ideal debe vestirse con los colores adecuados.

 

Posesión

 

Aquella tarde, Francisco Prida se sentó en una silla
…..de la tercera galería.
En los bolsillos guardaba el dinero de un mes
para ponerlo en boca de una descabellada apuesta.

 

Se descubrió en la cima del abismo cuando el Juez de Gallera
…..trajo al centro de la arena su gallo de plumas rojigrises.

 

Poco antes de iniciar el combate hicieron su aparición
…..en el garito
los dioses Ares y Apolo, y lo poseyeron, es decir,
se convirtieron en sus huéspedes según la xenia:
la doctrina griega donde el anfitrión debe ofrecer a los invitados
…..simplemente lo que estos quieran.

 

Los Dioses eran una armadura de bronce,
…..una implicación sobrenatural
…..en el cuerpo de Francisco Prida:

 

 —Deja que el gallo nacido en Rhodas cumpla con su destino. (Le susurraron)

 

Una náusea lo hizo vomitar entre sus rodillas
…..todo el licor que había tomado.

 

Los apostadores más cercanos estaban sorprendidos
por lo que ocurría, pero el ritual era lo que importaba
y Francisco Prida se puso de pie sin entendimiento.

 

Su voz resonó en el recinto de forma poco humana:

 

¡A este gallo juego      todo      lo que tengo!

 

Y el gallo lo miró y entendió      qué debía hacer:

 

matar                  muriendo,
herir                    aunque el dolor del otro le doliera.

 

Se trataba de un ave que había sido creada para inflamarse
…..por los aires con verdadera cólera:

 

aquel sábado en la gallera de El Silencio

 

cuando ya eran las seis.

 

Mutilación

 

A Custodio le falta un brazo
…..pero aún así trabaja en la gallería.

Le resulta arduo contener la fogosidad
…..de un Gallo de Combate.

Lleno de compasión
…..le mostré una estampa griega

donde una escultura tenía un brazo mutilado
…..lo que no impedía

la tensión expresiva
…..del cuerpo.

Era una escultura que conservó
…..su alma incólume

Pero mi gesto
…..no fue capaz de consolarlo.

Claro, él había logrado
…..estar a duras penas

sobre sus tensas piernas
…..y proteger el fuego que el viento aviva.

¡Oh destino! será que los Dioses helenos
…..podrán hacer un milagro para Custodio.

Que Dionisos guíe el daimon de las excavaciones
…..en la isla de Cos o en su vecina Rhodas

donde la afición por las peleas
…..dejaba un ardor en los ojos

como el que nos causa el polvo
…..que el viento del mar trae del desierto.

Deseo que un viejo arqueólogo
…..desentierre de una vez del pedregoso suelo

la escultura de un Pastor de Gallos
…..acabada en mármol cremoso y azul.

El descubrimiento
…..de seguro traerá consuelo

algún ánimo
…..a la vida de Custodio.

La escultura del Pastor de Gallos
…..sostendría un ave persa de combate

que no veríamos físicamente,
…..pero que estaría ahí

igual que un brazo mutilado:
…..en el vacío.

 

La muerte

 

Sobre el árbol simbólico un gallo se ha posado
…..y permanece mudo.

 

Mientras tanto la muerte le canta al pie del tronco
…..de aromosa corteza.

 

Transcurren los días como un grifo que gotea
…..en el interior de un balde.

 

Ya perdí la cuenta
…..de las mínimas eclosiones.

 

El jardín de la muerte
…..descubre su pedrería: las flores

 

del rododendro, la rosa de montaña
…..y una maleza de lanilla blanca.

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”