Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Rosita y su Primo

Federico García Lorca (España, 1898 - 1936)




Poeta: Federico García Lorca

(Salen. Queda la escena sola. Un piano lejísimo toca un estudio de Cerny. Pausa. Entra el Primo y al llegar al centro de la habitación se detiene porque entra Rosita. Quedan los dos mirándose frente  a frente. El Primo avanza. La enlaza por el talle. Ella inclina la cabeza sobre su hombro.)

Rosita

¿Por qué tus ojos traidores
con los míos se fundieron?
¿Por qué tus manos tejieron,
sobre mi cabeza, flores?
¡Qué luto de ruiseñores
dejas a mi juvent ud,
pues siendo norte y salud
tu figura y tu presencia
rompes con tu cruel ausencia
las cuerdas de mi laúd!

Primo

(La lleva a un vis-á-vis y se sientan.)

¡Ay, prima, tesoro mío!,
ruiseñor en la nevada,
deja tu boca cerrada
al imaginario frío;
no es de hielo mi desvío,
que aunque atraviese la mar
el agua me ha de prestar
nardos de espuma y sosiego
para contener mi fuego
cuando me vaya a quemar.

Rosita

Una noche adormilada
en mi balcón de jazmines
vi bajar dos querubines
a una rosa enamorada;
ella se puso encarnada,
siendo blanco su color;
pero como tierna flor,
sus pétalos encendidos
se fueron cayendo heridos
por el beso del amor.
Así yo, primo inocente,
en mi jardín de arrayanes,
daba al aire mis afanes
y mi blancura a la fuente.
Tierna gacela imprudente
alcé los ojos, te vi
y en mi corazón sentí
agujas estremecidas
que me están abriendo heridas
rojas como el alhelí.

Primo

He de volver, prima mía,
para llevarte a mi lado
en barco de oro cuajado
con las velas de alegría;
luz y sombra, noche y día,
sólo pensaré en quererte.

Rosita

Pero el veneno que vierte
amor, sobre el alma sola,
tejerá con tierra y ola
el vestido de mi muerte.

Primo


Cuando mi caballo lento
coma tallos con rocío;
cuando la niebla del río
empañe el muro del viento;
cuando el verano violento
ponga el llano carmesí
y la escarcha deje en mí
alfileres de lucero,
te digo, porque te quiero,
que me moriré por ti.

Rosita

Yo ansío verte llegar
una tarde por Granada
con toda la luz salada
por la nostalgia del mar;
amarillo limonar,
jazminero desangrado,
por las piedras enredado
impedirán tu camino,
y nardos en remolino
pondrán loco mi tejado.
¿Volverás?.

Primo

. ¡Volveré!

Rosita

¿Qué paloma iluminada
me anunciará tu llegada?

Primo


El palomo de mi fe.

Rosita

Mira que yo bordaré
sábanas para los dos.

Primo

Por los diamantes de Dios
y el clavel de su costado,
juro que vendré a tu lado.

Rosita

¡Adiós, primo!

Primo

¡Prima, adiós!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inquietud

Verano

Pescadores en una tarde de verano de Michael Peter Ancher (Dinamarca, 1849 - 1927) Gilberto Aranguren Peraza  Verano   Nunca había sentido ...

Entradas Inquietantes

Poesía Inquietante

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza
En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

LIBRO ITINERARIO

Si deseas acceder a la compra del Libro ITINERARIO, ya sea en papel o en e-Pub puedes hacerlo haciendo uso del siguiente link:

Libro: Los ruidos de la Casa

Libro: Los ruidos de la Casa
La casa es un tejido de ruidos

Los ruidos de la casa

LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”