Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Poemas de Natalia Romero

 

 

 

Natalia Romero (Argentina, 1985)

 

Natalia Romero

 Poemas 

 

Atlas

Qué es la fuerza
pregunté,
la mañana estaba radiante
a través de la ventana.
El cielo claro y las cosas, bajo la luz.
Qué es la fuerza,
sino esta forma
con la que creo sostener el mundo.
Podría ser la confianza
con que se guía la rama de la hiedra,
la helada, que se detiene frente a los árboles
o la forma, sin borde, del cielo.
Quería sostener el mundo
fuerte y segura como las piedras.
Pero hay un curso que no es mío
y las cosas pueden seguir el peso que las hunde.
Alguien tiene miedo cuando lloro
como si yo fuera un río que desborda.
Afuera una bestia que no soy yo, espera.
¿Qué tiene ella de mí?
Voy a susurrarle
que la adoro, voy a recordarle su dulzura.


El pez

Las branquias se abren, el pez está en el muelle,
se abren, como si tuviera alas para volar,
pero está muriendo.
Le veo los ojos tan redondos que parece encandilado.
Todavía respira el mandubí.
¿Hoy hay luna llena? Pregunta el pescador mientras levanta al cielo la cabeza,
no hay luna llena y entonces sí,
clava el cuchillo en la cabeza del mandubí.
En este lugar está el cerebro, dice, clavo ahí directo para que no sufra.
El pez vuelve a mover sus aletas,
abre aún más los ojos, después se detiene.
Si hay luna llena, se pudre el pescado, dice el pescador,
si hay luna llena los devolvemos.
Los ojos del mandubí quedan abiertos,
tiene ojos blancos, opacos, cristalinos,
podrían estar buscando la luna.


Santa Rita

Volvió a brotar la Santa Rita, me dice.
Vieras qué bonitas sus flores.
Mi abuela se despide de la vida
en un lento devenir
que podría ser igual al de las estaciones.
Por momentos lo sabe, no sé si lo oculta.
Un alma puede crecer tanto
hasta unir tierra y cielo y así,
decidir lo que abandona.


La fe

El sol entra por la ventana del hospital
hace círculos, soles que mueve el viento.
La cortina blanca atada con un lazo
parece un ramo de flores.
Afuera,
palomas, cables
un tanque de agua, el aire
seguramente tanto aire,
acá
las baldosas de granito
la puerta de tu habitación con el sticker de una estrella
que dice feliz navidad,
pero es julio abuela, pleno invierno
aún con este sol y te estás muriendo.
Lo demás no se ve
yo solo veo tus manos, las agarro
toda la vida yo en tus manos,
y las suelto
tengo que hacerlo, es eso lo que se hace,
se aprende,
la luz todavía rebota
en tu piel,
tu camisón rosa de cuello broderie
tus uñas perladas,
la luz todavía.


Duraznos

Mamá prepara tarta de duraznos con crema.
Uno de mis postres preferidos.
Abre la lata y antes de reservar el almíbar
en una taza, toma un sorbito.
Bate la crema
y corta los duraznos por la mitad.
Después deja que yo pase el dedo
por el bowl, para rescatar
las pepitas de azúcar del borde.
En mi recuerdo los duraznos
brillan exageradamente
y yo no los corrijo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inquietud

Verano

Pescadores en una tarde de verano de Michael Peter Ancher (Dinamarca, 1849 - 1927) Gilberto Aranguren Peraza  Verano   Nunca había sentido ...

Entradas Inquietantes

Poesía Inquietante

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza
En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

LIBRO ITINERARIO

Si deseas acceder a la compra del Libro ITINERARIO, ya sea en papel o en e-Pub puedes hacerlo haciendo uso del siguiente link:

Libro: Los ruidos de la Casa

Libro: Los ruidos de la Casa
La casa es un tejido de ruidos

Los ruidos de la casa

LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”