Poeta: BEN JAFACHA DE
ALCIRA
Sus miradas
eran de gacela; su cuello, como el del ciervo blanco; sus labios rojos, como el
vino; sus dientes, como las burbujas.
La embriaguez
la hacía languidecer en su túnica bordada de oro, que la ceñía como las
estrellas brillantes se entrelazan en torno a la luna.
La mano del amor nos vistió en la
noche con una túnica de abrazos que rasgó la mano de la aurora.
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