A mi patria, mi Orinoco y mi
tierra
Siempre he estado aquí. Mirando
desde mi lugar ríos de gestos y palabras llenos de recuerdos. Sigo cruzando el
tiempo como quien entra en una tormenta de arena donde los sollozos, gritos y
disparos me impiden avanzar. Mis pisadas se mojan y se secan sin parar su marcha. Seguir, no detenerse.
Siempre he estado aquí.
Corriendo en los amaneceres llenos de guacamayas, loros y querrequerres,
expectante de cada día, extrañando olores y lugares perdidos. Mis ojos siguen
ciempiés de gentes con caras largas sin dignidad.
Siempre he estado aquí. En el
oleaje que me adormece voy rodando hacia la orilla sin llegar a ella, me
regreso a buscar continente, otras tierras. Yo te acepto, pero no estoy de acuerdo
con lo que me ofreces. Abro las ventanas de otros quehaceres para mirar de
nuevo la historia y no confundirme, pero sigo aquí sin poder deshacerme de ti,
me voy y no puedo olvidarte. Se me llena el cuerpo de coraje y me descubro
capaz de salirme de mí, como una galaxia, para verte de lejos y saber que
existes verde, inundada de ríos, arenas y montañas insospechadas.
Ahora con calma, alerta a lo que
no había visto ni escuchado, comprendo, soy una amante que se está alejando
para ser libre, para besarte desde lejos sin dejarte. Me comienzo a desdibujar aquí y delinearme en
otro lado, no tiene nada que ver con el amor, tiene que ver con que entiendas
que aunque me vaya siempre estaré aquí.
Y tú también siempre estarás aquí, a mi
espera ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario