Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Thomas Merton (Tres Poemas)

 

 

Thomas Merton (Estados Unidos, 1915 - Tailandia 1968)

Thomas Merton

LA BIOGRAFÍA

 

Oh leed los versos de los azotes de plomo,

y lo que está escrito en sus terribles anotaciones:

“La Sangre baja por los muros de Cambridge,

desperdiciada como el agua del riachuelo—

Mientras el callejón y la cantina juegan sus vestiduras.”

 

Aunque mi vida está escrita en el cuerpo de Cristo como

un mapa,

los clavos han impreso en esas manos abiertas

más que los nombres abstractos de los pecados,

más que los países y las ciudades,

los nombres de las calles, los números de las casas,

el recuento de los días y las noches,

cuando yo Lo asesinaba en todas las plazas y las calles.

 

La lanza y la espina, el azote y el clavo

han hecho demasiado mi crónica en Su Carne.

Mis viajes demasiado han mordido sus sangrantes pies.

Cristo, desde en mi cuna, yo te había conocido en todas

partes,

y aunque pecaba, caminaba en Ti, y sabía que Tú eras mi

mundo:

Tú eras mi Francia y mi Inglaterra,

y mis mares y mi América:

Tú eras mi vida y mi aire, y, sin embargo, yo no te poseía.

Oh, cuando yo te amaba, aun mientras te odiaba,

amándote y sin embargo rechazándote en todas las glorias

de Tu universo

era Tu Carne viva la que desgarraba y pisoteaba, no el aire

ni la tierra:

no que Tú nos sintieras en las cosas creadas,

sino que sabiéndote en ellas, hacia cada pecado un

sacrilegio;

y cada acto de codicia era una profanación,

ultrajado y deshonrado Tú igual que en Tú Eucaristía.

 

Y sin embargo con cada herida Tú me robabas un crimen,

y como cada golpe me pagabas con Sangre,

me pagabas también cada gran pecado con las más grandes

gracias.

Porque aunque yo te mataba,

Tu te hacías un ladrón más grande que todos los otros de

Tu compañía,

hurtando mis pecados con tu vida moribunda,

robándome aun de mi muerte.

 

Donde, en que cruz será mi agonía

yo no te pregunto:

Porque esta escrito y realizado aquí,

en cada Crucifijo, en cada altar.

Es mi narración que se ahoga y se olvida

en Tus cinco Jordanes abiertos,

tu voz que grita mi: “Consummatum est.

Si en Tu Cruz Tu vida y Tu muerte y las mías son una,

el amor me ensena a leer en Ti el resto de una nueva

historia.

Desandando mis días hacia otra niñez,

cambiando, mientras voy,

Nueva York y Cuba por Tu Galilea,

y Cambridge por Tu Nazareth,

hasta llegar otra vez a mi principio,

y encontrar un pesebre, estrella y paja,

una pareja de animales, unos hombres sencillos,

y asi me doy cuenta que nací

ya no en Francia, sino en Belén.

 

TRAPENSES TRABAJANDO

 

Ahora todas nuestras sierras cantan sonetos santos en este

mundo forestal

donde los robles retumban como canonazos y caen como

cataratas,

arrojando su estampido en el pozo verde del bosque.

 

Ven a nosotros, Jesús, a través de la muralla de árboles,

y encuéntranos, tranquilos adoradores en estas iglesias al

aire libre,

cantando nuestro otro Oficio con nuestras sierras y

hachas.

Sigue ensenando a tus ninos en el bullicio del bosque,

y que un poco de sol penetre en nuestra vegetacion mental

y umbríos estudios.

Cuando el tiempo haga blanquear el campo con los granos

y llene nuestras regiones con el sol de la trilla,

ven a nosotros, Jesús, a través de las murallas de trigo

cuando las vengan a derribar nuestros dos tractores:

siembra unas brisas leves en los acres de nuestro espíritu,

y refresca las regiones donde nuestras plegarias maduran,

y apáganos, Cielo, con tus ríos vivos.

 

ELEGÍAA CINCO ANCIANAS

 

(Newton, Mass., abril 20. Cinco ancianas

entre los ochenta y los noventa y

cinco años de edad, se ahogaron esta

tarde cuando un automóvil salió caminando

sin conductor en un asilo y se

hundió en el Lago Cristal.—New York

Times.)

Olvidemos que estamos en primavera y celebremos la

voluntad sin conductor de cinco víctimas.

 

Las ancianas compañeras están sentadas silenciosas en la

casa. Cinco de ellas se fueron repentinamente demasiado

lejos, como pilletes,

como huerfanitos que fueran a bañarse sin permiso. Fue

un viaje con mala suerte. Se alejaron más de la cuenta.

 

Fue una época en que el agua está demasiado helada para

cualquiera, y especialmente para una persona anciana.

 

No debieron fiarse del fogoso Sedan. Las ruedas rodaron

demasiado bien en un viaje corto y directo. Fue el último.

Las puertas no se abrieron.

 

Oscuramente y ya muy tarde ellas se vieron bajando un

camino malo. .Que Dios tenga piedad de su recreo!

 

Por tanto rindamos homenaje a estas cinco personas ya

legendarias. Las castísimas hijas de un viaje sin suerte.

 

Que la perversidad de la maquina sea nuestro estudio

común, mientras yo nombro en voz

alta a cinco fieles desposadas de la muerte.

 

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”