Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Poemas: Versos equivocados de Cris Aparicio

 

Cris Aparicio (España, 1975)

 

Cris Aparicio

 Versos equivocados

 

 

Versos equivocados

 

Me equivoqué

Me he equivocado tantas veces…

y no me equivoco hoy, al decir

que sé que me equivocaré otras tantas

tantas como versos escriba

sería un error no hacerlo

tan solo un error

Me equivoqué

y al herrar mis pasos fui la duda

la incertidumbre a caballo

entre el bien y el mal

entre el cielo y el infierno

Me equivocaba ya antes de cometer mi error

el error de amar en la certeza

el error de seguir estando viva

al galope del tiempo pasado y el porvenir

Me equivocaré si no te vivo entre mis versos

erraré si no te hago presente en el mío

Me equivocaré si no te lo digo

Y no voy a hacerlo

Acaso importa ya…

Acaso importan estos versos equivocados

 

Aún

 

Se diluye la luz del verano

entre tanta agua dicha a jirones desaparece el calor de las paredes y la cama se enfría sin tu nombre en la almohada

Creí verte anoche asomado a la tormenta

y que sería posible anunciar la calma del arroyo

Quise quererte como se aman las estrellas

de un cielo azul imposible

Aún lo quiero

Se diluye tu voz en mis labios

entre tanto otoño por venir desaparece el rayo en el estruendo del silencio

y la cocina huele a tortilla de patata Creí verte, quise quererte

Aún lo quiero

 

Hacia dónde me llevas 

 

Hacia dónde me llevas si no es al paraíso

hacia dónde me llevas

si no es al mar

hacia dónde si no

Llévame al mar, amor

y hazme barco de papel

hazme botella con tu nombre dentro

Llévame al mar, amor

y hazme ola con tu piel

hazme vela y sé tú el viento Llévame al mar

Amor, llévame al mar y a casa

a tu pecho y a tu boca

al paraíso

Hacia dónde si no

 

Mientras duermes 

 

Mientras duermes

he visto a las nubes cruzar el océano

rápidas y grises, lentas y blancas silenciosas como olas de noche

me pregunto dónde irán

dónde irán a llover

Te miro y dejo la ventana

para volver al altar de tu espalda

al calor de tu piel

ese regreso de mi barbilla a tu omóplato

con los ojos cerrados

Caen algunas gotas

y bailan en los cristales

al ritmo de tu respiración

como si fuera espejo de la mía

Me pregunto dónde irán

dónde irán a llover

mientras tú duermes

Y quizás yo

 

Envejeceré

 

Envejeceré, contigo

y se llenarán de canas absolutamente todos los tejados Me peinarás la escarcha en mis pestañas

y acaso lavarás mis ojos agachados y conformes tras las gafas

Mis pechos ya no serán pendientes sino collares pegados a la piel

de perlas gastadas, escondidas en su concha

Querrá mi vientre ser altivo aún como un refugio de montaña ascuas de aquellas lumbres que prendiste

de aquellas cumbres que coronaste Ojalá los huesos de mis piernas me sostengan

y todavía jueguen a ir de puntillas tras tus besos

Envejeceré amor

Y envejeceré, contigo

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”