Esta es una pequeña selección de poemas escritos por la poeta Linsabel Noguera, en ellos se evocan una serie de elementos propios de la cotidianidad que conducen al lector a experimentar sensaciones y emociones sutiles y delicadas. Son poemas escritos con una delicadeza única, donde sobresalen, con mucha belleza, el amor, los aromas, los dulces, la niñez, la sexualidad, el erotismo, todo en un conjunto donde se demuestra, sin miedo, que ese conjunto es la vida misma elaborada en palabras.
Estos poemas fueron extraídos del libro POÉTICA DOMÉSTICA, el cual obtuvo el Premio para Autores Inéditos de Monte Ávila Editores, mención Poesía en el año 2009.
Evocación
de pomarrosas
puedes
sentir
este
dulce olor de pomarrosa
impregnándolo
todo
evocando
la infancia
mango
verde con sal
aricas alrededor de la resina
miel que gotea entre los dedos
sombra siesta tierra
hormigas
la
cancioncita del carrito de helados
brisa
fría en la cara
el candor de los labios
la primera estrella que regala un deseo
bendición
abuela
bendición mamá
bendición papá
Dios
me la bendiga
evocación
de pomarrosa
vuelvo
hasta ti
sobre
los latidos de tu corazón
coloco
el peso de mis senos
te
abro el camino
recórreme
Calle
Negrín
cien
autos se detienen
una
corneta grazna
y
noventa y nueve más se unen al coro
Flor
de septiembre
a
mi hija Valerie
la
flor no necesita
saber
que es flor para crecer
en
tu cuerpo
obra
la misma ley
te
veo florecer
Casa
abierta
Una casa desnuda sin el hondo temblor de lo secreto
ANTONIA PALACIOS
vivo
en una casa
donde
las puertas permanecen abiertas
donde
un cuerpo desnudo sólo es eso
un cuerpo desnudo
una
casa de ventanas y luz
sin
claves
ni
passwords
vivo
con el índice expuesto
una
radiografía de lo que soy
Silencio
La ciudad puro sortilegio
esta noche tan
llena de ninguna cosa
ANTONIO URDANETA
los
cauchos resuenan en la noche mojada
en
la madrugada el sueño se extravía
amenaza con un abrazo ausente
desde
el recuerdo
otro
cuerpo ofrece sus retazos
pero
el desvelo no logra convertirlo en presencia
Saudade
de voce
esas
fotos borradas
sólo
serán nuestras
y
los besos
secretos
que
la sonrisa gritará en tus ojos
también
los olores
que
una vez
abrieron
y cerraron un poema
Garúa
Desde cualquier
parte de la ciudad,
tomaría el
primer taxi hasta tus brazos
IGOR BARRETO
1
La
lluvia también perdió su rumbo
arrastra
vasos
papeles
propagandas
y
yo
en
medio de una calle
camino
bajo la garúa
II
la
ciudad me secuestra
aunque
lo quiera
no
puede ser hostil
III
Caracas
se detiene en el sonido de la plaza O'Leary
¡qué
fresco el mediodía!
dan
ganas de mostrarse
la
belleza perdida en El Silencio
Pastoral
bajo
tu rostro
mi
seno
un
beso lo acomoda al paladar
y
allí
derramas
un río tibio
sobre
mi cuerpo
Troyano
¡Oh, Eros!¡Cuán soberbiamente
ensalsaste entonces a Troya!
EURÍPIDES
Aquiles
tu
talón vulnerable mi lengua desmorona
con
un troyano domo tu caballo de Troya
mis
piernas
el arnés
a
una tregua te obligo
y
en ella pronto entiendes
hay
placeres más grandes que la gloria
Pequeña
Quiero tu mano
fuerte, ancha
que ha sabido menguarse hasta la mía
MARÍA CALCAÑO
con
tus manos grandes
dibujas
mi contorno
extraviado
entre las hebras de mi pelo
te
acaricio
aprendo
de memoria la curva de tu frente
sobre
tu cuerpo
el
mío
que
giras y manejas diminuto y flexible
con
tus besos
ávido
lo declaras
te gusto
me quieres
perdida
en la emoción de este momento
soy
feliz
Confitura
de manzana
(Entre
especias se cocina el amor)
a mi hija
Valerie
He aquí, el olor de
mi hijo
es como el olor del
campo
que el Eterno ha
bendito
Bereshit/Génesis
(27:27)
junto
a la leche del seno que sostiene
parto
en lunas crecientes la manzana
nuez moscada
canela
azúcar morena
a
fuego lento cristalizo la pulpa
revuelvo
en el sentido de las horas
cuchara de madera
pimienta de cayena
reposa
el tiempo justo de tres besos
trituro
bato
cuelo
el
olor de mi hija se baña en la compota
y
en la sencilla merienda de la tarde
su
nombre se ha dormido en los labios de Dios
Justicia
es
justo
que
tu mano sea la medida
que
mi boca celebre
injusta
es
la huida
Confesiones
ciertamente
debo confesarme
hacer
en este instante
acto
de contrición
confieso
que he pecado
he
pecado de gula
de lujuria
de envidia
la
gula reclama tu sabor en mi boca
el contorno de mi cuello
tus besos
y
envidio al aire que respiras
que
recorre tu cuerpo
sin
cesar en su empeño de mantenerte vivo
dentro de mí
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