![]() |
Federico García Lorca |
Tomado de:
Impresiones y paisajes
Cuando el
sol se oculta tras las sierras de bruma y rosa, y hay en el ambiente una
colosal sinfonía de religioso recogimiento, Granada se baña de oro y de tules rosa
y morados.
La vega, ya
con los trigos marchitos, se duerme en un sopor amarillento y plateado,
mientras los cielos de las lejanías tienen hogueras de púrpura apasionada y ocre
dulzón.
Por encima
del suelo hay ráfagas de brumas indecisas como aire saturado de humo o brumas
fuertes como enormes púas de plata maciza. Los caseríos están envueltos en
calor y polvo de paja y la ciudad se ahoga
entre acordes de verdor lujurioso y humos sucios.
entre acordes de verdor lujurioso y humos sucios.
La sierra es
color violeta y azul fuerte por su falda, y rosadamente blanca por los
picachos. Aún quedan manchas de nieve que resisten briosas al fuego del sol.
Los ríos
están casi secos y el agua de las acequias va tan parada, como si arrastrara un
alma enormemente romántica cansada por el placer doloroso de la tarde.
En el cielo
que hay sobre la sierra, un cielo azul tímido, asoma el beso hierático de la
luna.
En los
árboles y en las viñas aún queda un resol extraño…. y poco a poco los montes
azules, ceniza, y verde sobre rosa, se enfrían y todo va tomando el color hipnótico
de la luna.
Cuando ya
casi no hay luz, adquiere la ciudad un matiz negro y parece dibujada sobre un
mismo plano, las ranas empiezan sus raras fermatas, y todos los árboles parecen
cipreses…. Luego la luna besa a todas cosas, cubre de suavidad los encajes de
las ramas, hace luz al agua, borra lo odioso, agranda las distancias y convierte
los fondos de la vega en un mar…. Después un lucero de una ternura infinita, el
viento en los árboles, y un canto de aguas perenne y adormecedor.
La noche muestra todos sus encantos con la luna. Sobre
el lago azul brumoso de la vega ladran los perros de las huertas….
No hay comentarios:
Publicar un comentario