Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Ángela Arévalo Gómez. Poemas de Estréname (2017)

 


 

Poemas de Estréneme (2017)

Ángela Arévalo Gómez (Colombia)

 

Y qué!

 

¿Y si tu sexo y el mío jugaran a equivocarse?

A cometer el error que los trae obsesionados

que no los deja tranquilos

y hace que quieran mojarse

que les nubla la razón

y les revuelca la sangre

Y qué, si somos tan sucios

o tal vez tan aberrantes

Y qué, si nos inventamos

perversiones que nos aten

al gusto de lo prohibido

al pecado de la carne

a una condena que infame

nos señale de cobardes

de esos que no resisten

que no saben mesurarse

de esos seres despreciables

que la lascivia los lame

que la lujuria corrompe

y sedientos sólo saben

que desatarán sus lenguas

como el filo de una daga

como pérfido holocausto

en donde han de quemarse

porque en mutuo sacrilegio

jugarán a equivocarse.

 

Mientras hablas

 

Ven,

volvamos a hacerlo

Háblame de nuevo de las cosas que sabes

de las guerras del mundo

de la composición geopolítica

y su influencia en la inteligencia humana

de las tradiciones culturales

y el progreso de la humanidad.

 

Ven, háblame.

que mientras hablas

yo seguiré mirando tus labios

y sentiré el ritmo de tu lengua en cada palabra.

 

Hazlo de nuevo

saca otra conclusión

extrapola un par de conceptos

para perderme en la ilusión de un beso.

Dame tiempo para calcular la simetría de tus ganas

y la perpendicularidad de tu pasión

dame tiempo de encontrar el ángulo del planeta

en el que puedo ubicar la mujer que soy.

Con mis deseos de ti insatisfechos

con mis anhelos de amor irrealizables

con las ganas de explorar tu pantalón.

 

Pero espera,

repíteme aquello de Siria

o más bien háblame de Japón.

Dímelo despacio

ese tema me interesa.

Porque es justo ahí

cuando tu lengua

hace un movimiento que rompe la inercia

y modifica la distribución continua de masa.

 

Sigue, no pares

que te estoy mirando fijamente

y aunque tú no lo sepas

la geometría de tus palabras

ha encontrado un eje

en mi cuerpo, un punto de rotación.

 

Sigue, no pares

que estoy sintiendo tu lengua

lamiendo mi inspiración.

Sigue, no pares por favor.

 

Estréneme

 

Estréneme.

Podría decir que aún soy virgen de algunas experiencias

y quiero ser estrenada por usted.

Pediría que me enseñara

que explorara sus sentidos con mi piel

y navegara en alguna “primera vez”.

Dejaría que me atara a su recuerdo

que inmovilizara mis intenciones de alejarme de su lado

y amordazara las palabras sensatas

que hablan de lo inapropiado.

 

A usted, le soltaría mi adjetivo de puta

en un estuche de dagas empacado

con una clave secreta

con un enigma cruzado

que no pueda destaparlo de una manera sencilla

que ponga a prueba el deseo

que lo ha desasosegado.

 

Que sea un último respiro

que lo deje acorralado

que lo mantenga sediento

mojando de ardor sus labios

que lo lleve a muerte lenta

y lo guíe por mis piernas

sin piedad y sin reparo.

Que lo arroje al mar profundo

donde habita mi pecado

donde sueña la inocencia

que el tiempo no ha mancillado.

Estréneme

que mi piel ha madurado

lo ha hecho con un motivo

el designio de encontrarlo.

Estréneme.

 

Te regalo

 

Te regalo

las flores amarillas de mi ventana

en el azul de la inspiración.

Te regalo

la belleza de una mañana

los libros la música y las ganas.

Te regalo la gramática

y aquellos verbos que jamás tendrán conjugación.

Te doy el imposible de mis adjetivos

y lanzo a la nada

un par de pronombres atrevidos: Tú y yo.

 

Intentémoslo

 

Intentémoslo. Démosle el turno a la razón

Ella es sabia y aunque en lides del amor

haya estado rezagada

aliada al perdedor

es capaz de hacer el cálculo

sabe el valor de la “X”

que resuelve la ecuación.

 

Intentémoslo

nada perdemos

solamente la ilusión

y tal vez la adrenalina

que como una dama fácil

prende fuego al corazón.

 

Juguemos todas las cartas

sin artilugios ni nada bajo la manga

juguemos desde el honor

con la palabra tan limpia

aunque nos punce el dolor

 

Ven,

toma este papel

tracemos el mapa

calcula tú la distancia

la velocidad la pondré yo.

 

¿Que si hemos de extrañarnos?

Por supuesto.

es como un hueco cavado en el corazón.

Pero luego el tiempo pasa

desdibuja la silueta

que pintaste con fervor.

 

Intentémoslo

extiende el juego de naipes

pero ten presente algo

si finalmente te marchas

dame con fuerza un abrazo

mientras me dices adiós.

 

Fúmate mis letras

 

Fúmate mis letras

sostén suavemente en tus labios mis palabras

aspira en ellas mi cuerpo

deja que penetre en tu boca la nicotina de mis versos

y sácame

sácame al instante

puedo asfixiarte

no me dejes en ti

que mis letras matan.

Y tú, fumador principiante

del amor inexplicable

de emociones palpitantes

que no sabes discernir

habrías de paralizarte

no podrías resistir.

Sácame

y tómate un trago

no te arriesgues conmigo

de sobredosis poética

tal vez habrías de morir.

Sácame

no me dejes en ti.

 

Diptongo

 

Encontré la frase perfecta para los dos:

“El diptongo de la cobardía”

El amor imposible de las vocales.

Jamás las dos están abiertas:

una dispuesta, la otra no.

Abiertas y cerradas han de hallarse

o tal vez negadas a encontrarse.

Sentadas hombro a hombro

y cerradas mutuamente

“Guardar, fuego, vaivén”

todas ellas pueden ser.

Pero nuestra epidemia es otra

está instalada en la piel

está vestida de miedo

girando en un carrusel.

 

El cristal

 

El cristal me dejaba verte

te miré insistente

hasta aprender de memoria

cada ángulo de tu rostro

cada pálpito de tu cuerpo

cada pensamiento que cruzaba por tu mente

 

Supe de tu miedo

del temor y del deseo.

Supe del animal solitario y hambriento que te habitaba.

El cristal me dejaba verte

vi los pasos con los que cruzabas tu jaula

y te vi mirar la ciudad por la ventana.

Un cigarro se instalaba en tus labios

en la boca que había hecho temblar mi cuerpo en mis fantasías.

El humo se perdía en la ciudad

y yo te miraba.

El humo se hacía nada

mientras yo seguía cada palabra

como quien se aferra

a la cuerda de un puente colgante

para cruzar de la ausencia a tus palabras.

 

Yo te miraba

el cristal me dejaba verte

y hablaste del amor

casi siempre hablabas del amor

el amor del cine, de los libros

el amor de otros.

 

Yo seguía cada palabra

como el músico que sigue el pentagrama

y sostenía en mi mente los acordes

para oír la pieza completa

pero eran fragmentos

de una melodía inconclusa

de una frase sin puntuación

de una mueca del tiempo

que sonríe como la muerte

y no sabes si te abraza

o te está diciendo adiós.

 

En ti

 

He dicho que quiero estar en tu lienzo,

tu papel o en tus trazos.

Tal vez quise decir,

en tu cuerpo, en tu piel y en tus brazos.

 

Petición

 

Perdí mi cabeza

y con ella,

todas mis recatadas y sensatas ideas.

Perdí mi cabeza.

¿Podrías mirar entre tus piernas, por favor?.

 

Se nos perdieron los nombres

 

Se nos perdieron los nombres

el sustantivo y pronombres

quedaron otras palabras

recogidas de las letras

de las páginas rasgadas

de las historias abyectas

de esas que se camuflan

de aquellas que no se cuentan

de las de sórdidas voces

y de ensangrentadas treguas

se nos perdieron los nombres

pero los nombres no cuentan.

 

Podría

 

Podría llenarte de palabras

regar letras en tu cuerpo

recogerlas con mi boca

y componer un soneto.

Que se secara mi lengua

que se cuartearan mis besos

hasta que sangre mi alma

y se incineren mis huesos

 

Al unísono

 

Ella era una esdrújula

él, un verbo imperativo.

Sonaban al unísono

ámame, bésame, quiéreme.

Él era mandato, ruego o súplica

ella era el acento que le daba sentido.

 

Tácito

 

No todo silencio es tácito

ni toda palabra explícita.

Hay silencios que descubren

y palabras que enmascaran.

Es difusa la frontera

entre ocultar y mostrar

entre decir y callar

es ilegible el trazo

en la línea divisoria

de entregar y conservar.

 

Tus líneas

 

He dejado que tus historias

me recorran por dentro

y que tus líneas dibujen el mapa de mi fantasía.

He puesto tu libro en la desnudez de mis rodillas

para llenar mi boca con tus palabras

y beberme de un sorbo tus herejías.

 

Suavemente

 

Será mejor no tocarte

ni siquiera en pensamiento

y no perderme en quimeras

ni alimentar sentimientos.

Te llevaré suavemente

con las manos descubiertas

sin quebrarte en el intento

y sin heridas abiertas.

He de llevarte a aquel sitio

con ternura y en silencio

al jardín donde florecen

sin premura los almendros.

He de envolverte en mis manos

y devolverte sin miedo

al lugar que perteneces

a ese mundo de lo ajeno

 

Es usted

 

Ha dicho que la poesía es lo mío.

Permítame corregirlo.

Lo mío no es la poesía, señor.

Es una especie de sed,

un cierto modo de hambre

una agrietada pared.

Fisuras de un cuerpo seco,

latido de un sexo que lo espera a usted.

Lo mío no es la poesía

lo mío señor, es usted.

 

Tu sombra

 

¿Estás viendo de reojo quién te sigue en la calle solitaria?

Mírala de frente y mátala de una vez

Es tu sombra que ya no sabe qué hacer

 

El borde de tu boca

 

¿Me preguntas qué quisiera?

Quiero dibujar el borde de tu boca con mi lengua

y que mis labios se sacien

moribundos de sed entre tus piernas.

 

Juguemos

 

¿Quieres jugar?

Conjuguemos nuestros cuerpos

yo, tu piel

tú, mis besos

ese fuego

nuestros miedos

y ellos,

los fantasmas

que al mirarnos

bien podrían detenernos.

 

Abstinencia

 

Voy a prescindir

de todo aquello que sepa a ti.

Será una especie de abstinencia poética

o algún modo de asepsia pueril.

Una pretensión desértica

que se quiebra cual rama seca

o fino cristal de hielo en tus labios.

Voy a prescindir de ti.

 

Luna de papel

 

Y si te detienes junto a mí

y acercas tu oído a mi pecho

y si rozas un poco mi blanca piel,

hallarás una corta sinfonía

que borrará la memoria

de los amores pasados

de las historias fugaces

de los dolores profundos.

Y si me rozas un poco

y si te quema mi piel

podrías quedarte un instante

soñando un pequeño sueño

o una luna de papel.

 

Los escritores

 

¿Cómo se aman los escritores?

¿Lo hacen con sus letras?

No. Se entregan en las páginas en blanco

en el espacio de los puntos suspensivos

y en la entrepierna de un inconcluso párrafo.

 

Sfumato

 

Mi cuerpo de mujer se ha desvanecido

para convertirme en letras

para tu alma

para tu oído.

 

Mis letras

 

Te regalo el orgasmo de mis letras

que han tomado el ritmo de un poema cada día.

De una frase que se eleva y desciende para tejer un verso

para pensarte mío,

para soñar tus besos.

Te regalo mis letras, que viajaban errantes

que dormían un sueño.

Te regalo mis letras

que ahora tienen dueño.

 

A destiempo

 

Todo nos ha ocurrido a destiempo

los lugares que pisamos

las palabras

las miradas

y el deseo.

Llegabas si yo salía

te ibas si yo llegaba

en nada hemos coincidido

sin embargo, sin tocarnos

los dos hemos sido un cuerpo.

 

Esdrújulas

 

Me gustan las cosas

con trazos de absoluto

con visos de “por siempre”

aquellas que parecen sin reglas de excepción.

Me gustan las esdrújulas

sonoras e imponentes

de posesivas tildes

de impositiva voz.

 

En los verbos son mandatos

y en adjetivos cinceles

que trabajan incansables

para esculpir el amor.


Cuando todo palidece

cuando la vida es famélica

y sin embargo se anuncian memorables efemérides.

Se pinta de verde un sueño

de rojo y azul un beso

se empuña firme el acero

que rasgará las hespérides.

 

Deja

 

No me sigas fabricando en tu imaginación.

Cuando me tengas,

podría no parecerme a la que has creado.

Deja que mis labios conviertan en beso tus letras

deja que el vértice de mis piernas

conjugue en verbo presente

sin adjetivos ni adverbios

la altivez de tu sexo

en mi húmeda pasión.

 

Moja mi cuerpo

 

Me he convertido en poema

Y mi cuerpo es un tejido de palabras para ti.

Mi sexo es una frase que anhela tus letras.

Besarte en la sintaxis de un fuego sin fin.

 

Desdeño de los versos, me seco de escribir

Ven ya y moja mi cuerpo.

¿Acaso no comprendes que lentamente ardo?

Me quiebra tu indolencia

te ha ganado el miedo

amar no es de cobardes

y de este laberinto de ganas inconclusas

decido ya marcharme

me urge ya salir.

Adiós amor ausente, hoy he de declararte

que en pasos silenciosos me alejaré de ti.

 

Alter ego

 

Quizás tú me temes

aún más que a la muerte.

De ella te hablan, lo hacen tus muertos

de mí sólo intuyes

muy vagos preceptos

quizás peligrosa

con tanto deseo

quizás una diosa

de labios desiertos.

 

La muerte libera

y cosa contraria

las diosas sin besos.

Y tú lo presientes

te mantienes lejos

tendrías la condena

no de mi deseo

tendrías el infierno

de tu propio fuego.

 

Y entonces concluyo

mi buen caballero

que yo soy tu sombra

tu cruel carcelero

que yo no soy otra

soy tu Alter ego.

 

Me voy

 

Todo poema desesperado
es un juego inclemente
de un cuerpo deseoso y el otro ausente.
Es una danza macabra que va apostando a la muerte
que muy lento te acorrala
y te sentencia de frente.

Un juego de exigua tregua

sin salvación aparente

que condena y acribilla a quien está menos fuerte.

Me voy
de tus tímidas caricias
que me encendieron de vida

que me nublaron la mente.

Me voy de ti caballero,
serás el jinete oscuro
que seguirá cabalgando tan ausente por mi sexo.

Con gallardía me alejo y aunque me venzan las ganas
en tus garras no me muero.

 

Tu bailarina

 

Me paré frente a ti

mi cuerpo se hizo letra

y luego fue palabra

que vestida de frases

y pálidos poemas

se fue volviendo danza.

 

Bailarina

que en ciernes escritora

y en tímida añoranza

bajo una luz de luna

tus besos dibujaba.

 

La llave

 

Y qué si tú te marchas

si yo tengo la llave del lugar donde estás.

Y qué si tú te alejas

si entro a mi cabeza

y allí te he de encontrar.

 

El alfabeto no folla

 

Te asustan mis letras

le temes a mis ganas.

Amor, estate tranquilo

ningún alfabeto folla

y los deseos no matan.

 

Imaginación

 

Y me fui tras cada una de sus letras

imaginando ser las metáforas

que rondaban su cabeza

su sustantivo propio

o un pronombre posesivo

su adverbio circunstancial

o su mejor adjetivo.

En realidad no lo dije

sin embargo yo soñaba

que a solas y en su silencio

él se imaginara un verbo

uno solo y sin motivo

que lo trajera en sus manos

a conjugarlo conmigo.

 

Cifrados

 

Hay palabras con mensajes cifrados

con letras como matrioskas

que se envasan unas en otras

se guardan

se cuidan

se alcahuetean

se dicen

se callan

revolotean.

Podría escribir “hacer el mercado”

podría leerse “hacer el amor”

porque el amor es caprichoso y juguetón

parece una melodía que se deja componer

también se deja cifrar

y se deja contener.

 

Anda con cuidado

 

No dejes que una poeta se enamore de ti

es un ser peligroso

capaz de mostrarte tus propios infiernos

como bellos jardines

tus luchas más arduas

como danza de dagas

y tus grandes cavilaciones

como un pentagrama de notas barrocas

que sientes hirientes

que intuyes prosaicas

y que te confunden en tu piel intacta.

Jamás lo permitas

podrías morir

anda con cuidado

y que una poeta no se fije en ti.

 

Lluvia de marzo

 

La tierra mojada

me hacía pensar en las noches sin besos

en los días sin ti.

Ladraban los perros a lo lejos

tal vez hambrientos, solitarios o inquietos.

Ladraban los perros

yo estaba sin ti.

La lluvia caía con el ritmo de siempre

con el martilleo incesante

del que ha tomado trozos de madera

para armar un colibrí.

Inerte, hueco, vacío,

simetría perfecta y alas de leña

plumas de primavera que se asoman en abril.

La lluvia caía

y allí en mi ventana desierta de aves

yo pensaba en ti.

 

Fuerza necia

 

Y justo cuando había cerrado las puertas a las letras

se agolparon ansiosas

derribando los muros que me alejaban de ti.

Creí haber corrido muy lejos

y estaba tan sólo a una frase de tu recuerdo

a unos centímetros de tus ganas

a unas cuantas horas de la tormenta

que se desata en mis piernas

al escuchar tu voz.

Qué fuerza necia tiene el amor

y qué oídos sordos, la estúpida razón.

 

Temores

 

¿A qué le temes? Preguntaste un día

¿Al silencio profundo de alguien a quien quieres?

¿A las mañanas grises que se empeñan en opacar tu alegría diaria?

¿A la sangre que aún no derramas y en cabal sutileza pudiera palidecer tu piel?

¿A la penumbra sin un cerillo a la mano?

¿Al frío sin el calor que realmente te enciende?

¿A no entender el mensaje cifrado y tomar la ruta equivocada? O al frío del alma por pedir permiso.

¿A un golpe tan bajo que no te dé tiempo de defenderte?

¿A una fruta envenenada e inadvertida en una cesta de mimbre?

O a saber, que no es posible volar indefinidamente

y que la tierra, de un golpe seco pueda rasgarte los pies.

 

Inquilinos

 

Era una relación perfecta

demasiada atracción como para ser amigos

y ausencia de encuentros, para ser amantes.

Entonces, así sin nombre sólo “éramos”.

 

Inquilinos del corazón

que pueden ser desalojados en cualquier momento.

Habitantes callejeros

que cada tanto han de recoger sus raídos trapos,

para buscar una calle un poco más lejana.

Tomando distancia

y regresando a tientas, soñando palabras.

No éramos nada y sin embargo, todo.

 

Tú te alejabas

sé que lo intentabas.

Y yo te esperaba

presentía que con cada ausencia ya no volverías

y a solas, distante

yo me despedía.

 

Pero era perfecta

la absurda manera

tenernos a fondo

sin vernos siquiera.

 

Reprende al amor

 

Quise dejar de escribir

y entonces las letras revoloteaban por dentro

se anudaban, giraban sin fin.

Era inevitable. Las palabras me habitaban.

Tú seguías en mí.

-No debo habitarte -dijiste.

-Repréndeme entonces. Yo te respondí.

Hazlo fuerte hasta que entienda

reprende al necio sentimiento que se opone

y va dejando sin aire hasta el ahogo,

los latidos de mis piernas.

Repréndeme y haz que muera de mis labios la impaciencia.

Y si eres aún más osado y si buscas contundencia

puedes cambiar de estrategia

reprende más bien al amor

condena su impertinencia.

 

Tiempo de partir

 

He de hacerlo

desvestirme lentamente

expuesta mi piel

en cuerpo sensible

he de renacer.

Epidermis descubierta que el frío estremece

alma que no admite en un purgatorio perderse

resurrección al mundo en que la humanidad habita.

 

Caerá cada prenda

al vuelo de notas de saxo y de violín.

Poeta ya desnuda de falsas ilusiones

los versos se han rasgado

en lunas de marfil.

Poeta que decide romper cada metáfora

desangrar quimeras

mientras las ve morir.

 

Y he de renacer al mundo de los cuerdos

de exactos raciocinios me he de recubrir.

Las normas, los dictados, se vestirán de gala

y el majestuoso dique de sólidos cristales

destellará en sus noches luciérnagas sin fin.

 

En ese inmenso dique de bella arquitectura

ya mueren los poemas

se estrellan las quimeras

florece la nostalgia

es tiempo de partir.

 

No voy a regar mis besos

 

No voy a regar mis besos por ahí

como quien deshoja flores

buscando respuesta a la eterna pregunta

absurda y pueril.

No voy a regar mis besos

porque en mi mente no hay signos de interrogación

en mi cuerpo no hay lotes baldíos

y mi boca mustia y silenciosa

ha cerrado los labios

y no admite más lengua

que aquella que supo penetrar mi alma

hasta alcanzar mi corazón.

No voy a regar mis besos,

no están en exhibición.

 

Quédate

 

Quédate en mis brazos tibios

o en el filo de mis labios.

Quédate cuando te vayas

o vete muy lentamente.

Habítame el recuerdo

y desaloja mis esperanzas.

Hazme saber que te marchas

y cuando lleguen las sombras

en la extinta luz del alma,

te habrás quedado en mi cuerpo,

haciendo fuertes mis alas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inquietud

Verano

Pescadores en una tarde de verano de Michael Peter Ancher (Dinamarca, 1849 - 1927) Gilberto Aranguren Peraza  Verano   Nunca había sentido ...

Entradas Inquietantes

Poesía Inquietante

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza

Itinerario. LIbro de Poesía. De: Gilberto Aranguren Peraza
En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

LIBRO ITINERARIO

Si deseas acceder a la compra del Libro ITINERARIO, ya sea en papel o en e-Pub puedes hacerlo haciendo uso del siguiente link:

Libro: Los ruidos de la Casa

Libro: Los ruidos de la Casa
La casa es un tejido de ruidos

Los ruidos de la casa

LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”