Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

Poemas de Praderas de Louise Glück

 

 

Louise Glück (USA, 1943)

Praderas  

De: Louise Glück 

 

A Robert y Frank 

 

 

Juguemos a elegir música. Forma favorita 

Ópera  

Obra favorita. 

Fígaro. No. Fígaro y Tannhauser. Ahora  

te toca a ti: cántame una. 

 

LA CANCIÓN DE PENÉLOPE  

 

Pequeña alma, siempre desvestida, 

haz esto que te ordeno, trepa  

por los estantes de las ramas del abeto;  

aguarda en la copa, atenta, como un  

centinela o un vigía. Pronto llegará a casa;  

te corresponde a ti ser  

generosa. Tampoco tú has sido del todo 

perfecta; con tu problemático cuerpo  

has hecho cosas de las que no deberías  

hablar en los poemas. Así que  

llámalo a través del mar abierto, del mar resplandeciente  

con tu canción oscura, con tu avariciosa,  

forzada canción: apasionada,  

como María Callas. ¿Quién  

no te desearía? ¿A qué apetito  

demoníaco no corresponderías? Pronto  

regresará de allí por donde transcurra su viaje,  

bronceado por el tiempo fuera de casa, reclamando  

su pollo asado. Ah, tendrás que darle la bienvenida,  

tendrás que sacudir las ramas del árbol  

para captar su atención,  

pero con cuidado, con cuidado, no sea  

que desfiguren su hermoso rostro  

demasiadas agujas al caer.  

 

CANÁ 

 

¿Qué puedo yo decirte que no sepas  

para volver a hacerte temblar? 

 

Forsitias  

junto a la cuneta, junto  

a las rocas húmedas, sobre los terraplenes  

rodeadas de jacintos... 

 

Durante diez años fui feliz. 

Estabas aquí; en cierto sentido,  

siempre estabas conmigo, la casa, el jardín  

constantemente iluminado,  

no con luces como las que tenemos en el cielo  

sino con esos emblemas de luz  

que son más poderosos, al ser  

de forma implícita una cosa  

terrenal transformada... 

 

Y todo eso se desvaneció,  

reabsorbido en un impasible proceso. Entonces,  

¿qué nos ayudará a ver,  

ahora que las antorchas amarillas se han convertido  

en tallos verdes? 

 

TRANQUILO ATARDECER  

 

Me tomas de la mano, estamos solos  

en el peligro mortal del bosque. Casi inmediatamente 

 

estamos en una casa; Noah es  

ya mayor y se ha marchado; las clematis tras diez años  

dan flores blancas de repente. 

 

Más que cualquier otra cosa en el mundo  

amo estos atardeceres en que estamos juntos,  

los tranquilos atardeceres de verano, el cielo iluminado  

aún a estas horas. 

 

Así que Penélope tomó la mano de Odiseo,  

no para retenerlo sino para grabarle  

esta paz en la memoria:   

 

a partir de este punto, el silencio que atravieses  

será mi voz que te persigue.  

 

CEREMONIA  

 

Me dejaron de gustar las alcachofas cuando dejé de comer  

mantequilla. El hinojo  

no me gustó jamás. 

 

Una cosa que siempre he odiado  

de ti: odio que te niegues  

a que venga gente a casa. Flaubert  

tenía más amigos y Flaubert  

era un recluso. 

 

Flaubert estaba loco: vivía  

con su madre     

 

Vivir contigo es como vivir  

en un internado:  

pollo los lunes, pescado los martes.    

 

Tengo amigos de verdad.  

Soy amiga  

de otros reclusos.   

 

¿Por qué lo llamas rigidez? 

¿No puedes llamarlo gusto  

por la ceremonia? ¿O es que tu hambre de belleza   

la satisface del todo tu propia persona?    

 

Otra cosa: nómbrame a cualquier otra persona  

que no tenga muebles. 

 

Comemos pescado los martes  

porque los martes es fresco. Si supiera conducir  

podríamos comerlo otros días. 

 

Si tanto te desespera  

encontrar un precedente, prueba  

con Stevens. Stevens  

no viajaba nunca: eso no significa  

que el placer le fuera ajeno. 

 

El placer quizá no pero sí  

la alegría. Cuando hagas alcachofas,  

háztelas para ti sola. 

 

PARÁBOLA DEL REY 

 

El gran rey al mirar hacia delante  

vio no el destino sino simplemente  

el reluciente amanecer sobre  

la isla desconocida: como rey  

pensaba en imperativos; mejor  

no reconsiderar el mundo, mejor  

seguir yendo hacia adelante  

sobre el resplandor del agua. De todos modos,  

qué es el destino sino una estrategia para ignorar  

la historia, con sus dilemas  

mortales, una forma de entender  

el presente, donde se toman  

las decisiones, como el necesario  

vínculo entre el pasado (imágenes del rey  

como un joven príncipe) y el glorioso futuro (imágenes  

de jóvenes esclavas). Fuese lo que fuese  

lo que tenía en frente, ¿por qué tenía que ser  

tan deslumbrante? ¿Quién iba a saber  

que no se trataba del sol de siempre  

sino de las llamas en ascenso sobre un mundo  

a punto de extinguirse?        

 

NOCHE SIN LUNA  

 

Una dama llora en una ventana a oscura.  

¿Hemos de decir de qué se trata? ¿No podemos simplemente  

decir que es un asunto personal? Es el comienzo del verano;  

en la casa de al lado los Light ensayan música klezmer.  

Una buena noche: el clarinete está afinado. 

 

En cuanto a la mujer: está dispuesta a esperar una eternidad;  

no tiene sentido seguir observándola.  

Tras un rato, la luz de la calle se apaga. 

 

Pero ¿es esperar una eternidad  

siempre la solución? Nada  

es siempre la solución; la solución  

depende de la historia. 

 

Qué tremendo error querer  

claridad sobre todas las cosas. ¿Qué supone  

una sola noche, especialmente  

una cosa como ésta, ahora tan próxima a acabar?  

Por otro lado, podría haber cualquier cosa,  

toda la alegría del mundo, estrellas que se apagan,  

la farola que se convierte en una parada de autobús.  

 

PARTIDA  

 

La noche no es oscura, el mundo es oscuro.  

Quédate conmigo un poco más. 

 

Tus manos sobre el respaldo de la silla:  

eso es lo que recordaré.  

Antes de eso, me acaricias ligeramente los hombros.  

Como un hombre aprendiendo a esquivar el corazón. 

 

En la otra habitación, la sirvienta discretamente  

desconecta la luz que uso para leer. 

 

Esa habitación con sus paredes de caliza: 

¿qué impresión tendrás de ella, me pregunto,  

una vez empiece tu exilio? Creo que tus ojos  

buscarán su luz en lugar de la luna.  

Aparentemente, tras tantos años, necesitas  

distancia para que su intensidad sea evidente. 

 

Tus manos sobre la silla, acariciando  

mi cuerpo y la madera exactamente de la misma forma.  

Como un hombre que quisiera sentir nostalgia otra vez,  

que estimase la nostalgia más que cualquier otra emoción.  

 

En la playa voces de los agricultores griegos,  

impacientes ante el amanecer.  

Como si el alba fuera a transformarlos  

de agricultores en héroes. 

 

Y antes de eso, me abrazas porque te marchas:  

esto que haces son declaraciones,  

no preguntas que busquen una respuesta.  

 

¿Cómo voy a saber que me amas  

si no veo que me llores?  

 

ÍTACA 

 

El amado no  

necesita estar vivo. El amado  

vive en la cabeza. El telar  

es para los pretendientes, encordado  

como un arpa con el hilo blanco de un sudario. 

 

Él era dos personas.  

Era el cuerpo y la voz, el sencillo  

magnetismo de un hombre vivo, y también  

el desplegado sueño o imagen  

a los que da forma la mujer que trabaja el telar,  

que se sienta ahí en un salón lleno  

de hombres sin imaginación. 

 

Igual que le tienes lástima  

al engañado mar que intentó  

llevárselo para siempre  

y solamente se llevó al primero,  

al verdadero marido, debes  

tenerle lástima a estos hombres: no saben  

lo que están mirando;  

no saben que cuando uno ama de esta forma  

un sudario se convierte en un traje de novia. 

 

EL DESAPEGO DE TELÉMACO 

 

Cuando de niño era testigo  

de las vidas de mis padres, ¿sabes  

qué me parecía? Me parecía  

desgarrador. Ahora me parece  

desgarrador, pero también  

algo demencial. También  

muy divertido. 

 

PARÁBOLA DE LOS REHENES  

 

Los griegos están sentados en la playa  

pensando en qué harán cuando acabe la guerra. Nadie  

quiere volver a casa, regresar  

a esa isla huesuda; todos quieren un poquito más  

de lo que hay en Troya, más  

vida en vilo, esa sensación de que cada día  

venga cargado de sorpresas. Pero como explicarle esto  

a quienes se quedaron en casa, para quienes  

luchar en una guerra es una excusa  

plausible para su ausencia, mientras que  

explorar las propias capacidades de distracción  

no lo es. Bueno, esto podemos afrontarlo  

más tarde; estos  

son hombres de acción, dispuestos a dejar  

la perspicacia a las mujeres y los niños.  

Dándole vueltas a las cosas bajo el calor del sol, complacidos  

con la nueva fuerza de sus antebrazos, que parecen  

más dorados ahora que cuando estaban en casa, algunos  

empiezan a echar un poco de menos a sus familias,  

a echar de menos a sus esposas, a querer comprobar  

si la guerra los ha envejecido. Y algunos empiezan  

a inquietarse un poco: ¿y si la guerra  

fuera sólo una versión masculina del disfraz,  

un juego concebido para eludir  

profundas cuestiones espirituales? Ah,  

pero no era sólo eso la guerra. El mundo había empezado  

a llamarlos, una opera que comenzó con los altos  

acordes de la guerra y que acababa con el flotante aria  

       de las sirenas.  

Allí en la playa, mientras discutían los diversos  

horarios para llegar a casa, nadie creía  

que fuera a costarles diez años regresar a Ítaca;  

nadie previó esa década de dilemas insolubles. Ah, incontestable  

pesar del corazón humano: ¡cómo dividir  

la belleza del mundo en aceptables  

e inaceptables amores! En las costas de Troya,  

cómo iban los griegos a saber  

que eran ya rehenes: el que una vez  

aplaza su viaje está  

ya cautivado; ¿cómo iban a saber  

que de los pocos que eran  

algunos serían retenidos para siempre por los ensueños  

      de placer,  

algunos por el sueño, algunos por la música? 

 

MAÑANA LLUVIOSA 

 

No amas el mundo, 

Si amaras el mundo habría  

imágenes en tus poemas. 

 

John ama el mundo. Tiene  

un lema: no juzgues  

si no quieres ser juzgado. No  

 

discutas este punto  

con la teoría de que no es posible  

amar lo que uno renuncia  

a comprender: renunciar  

 

al discurso no significa  

suprimir la percepción. 

 

Fíjate en John, fuera en el mundo,  

corriendo incluso en un día miserable  

como hoy. Que  

elijas no mojarte se parece a la patética  

preferencia del gato por cazar aves muertas: completamente  

 

consistente con tus dóciles temas espirituales,  

el otoño, la pérdida, la oscuridad, etc.  

 

Todos podemos escribir sobre el sufrimiento  

con los ojos cerrados. Deberías mostrarles a la gente  

 

algo más de ti misma; mostrarles tu clandestina  

pasión por la carne roja. 

 

PARÁBOLA DE LA PÉRGOLA  

 

Una clematis creció al pie de la gran pérgola.  

Pese a tener  

como modelo un árbol, la pérgola  

era una invención humana; todos los años, en mayo,  

los verdes cabos de la esforzada enredadera  

trepaban la sencilla  

pérgola, y tras muchos años  

flores blancas brotaron de la madera quebradiza, como  

una lluvia de estrellas en el corazón del jardín.    

 

Basta de esa comedia. Ambos sabemos 

cómo la enredadera crece sin  

la pérgola, cómo se escabulle  

por el suelo; ambos la hemos visto  

florecer allí, las flores blancas  

como los faros delanteros de una serpiente.  

 

Esto no es lo que la enredadera quiere.  

Recuerda, para la enredadera, la pérgola  

nunca fue la imagen de una prisión: esto no supone  

un menoscabo ni una tragedia.  

 

La enredadera sueña con la luz: 

¿qué es la vida en la tierra  

con sus oscuras libertades  

comparado con un ascenso sostenido?  

 

Y, durante una temporada,  

cada verano veíamos a la enredadera  

revivir su decisión, oscureciendo  

de este modo la madera, una estructura  

bella en sí misma, como  

un puerto o un sauce.  

 

LOS REMORDIMIENTOS DE TELÉMACO  

 

Paciencia como la que mi madre  

ponía en práctica con mi padre  

(y que él en su profundo  

ensimismamiento confundía  

con veneración aunque era de hecho  

algo parecido a la ira: ¿acaso  

no se preguntó nunca por qué  

eran tan torpe a la hora de expresar  

su natural desenfreno?); infectó  

mi niñez. Pacientemente  

me alimentaba; pacientemente  

supervisaba a los amables  

esclavos que me cuidaban, fuese  

cual fuese mi conducta, un supuesto  

que yo ponía a prueba con creciente  

violencia. Me parecía evidente  

que desde su perspectiva  

yo no existía, puesto  

que mis acciones no eran  

capaces de molestarla: era  

la envidia de mis amigos.  

En las décadas siguientes  

me enorgullecí de mi padre  

por mantenerse alejado  

incluso si lo hacía por  

las razones equivocadas;  

me acostumbré a sonreír  

cuando mi madre lloraba.  

Espero que ahora pueda  

perdonarme esa crueldad; espero  

que entendiera qué parecida  

era su propia frialdad,  

un modo de mantenerse  

alejado de lo que  

uno ama profundamente. 

 

ANIVERSARIO 

 

Dije que podías acurrucarte. No es lo mismo  

que poner tus pies helados encima de mi polla.  

 

Alguien debería enseñarte cómo actuar en la cama.  

A mí me parece que lo que deberías  

es guardarte tus extremidades para ti sola.  

 

Mira lo que has hecho:  

has hecho moverse al gato.  

 

Pero yo no quería tu mano ahí.  

Yo quería tu mano aquí.  

 

Deberías prestar atención a mis pies.  

Deberías imaginártelos  

la próxima vez que veas a una guapa quinceañera.  

Porque como aquellos pies hay unos cuantos.  

 

PRADERAS I 

 

Ojalá hubiéramos salido a dar paseos  

como Steven y Kathy; entonces  

seríamos felices. Se ve incluso  

en el perro. 

 

No tenemos perro.  

Tenemos un gato hostil. 

 

Creo que Sam es  

inteligente; le ofende  

ser una mascota. 

 

¿Por qué vuelves siempre a lo de la familia? 

¿No podemos ser alguna vez dos adultos? 

 

Mira qué feliz está Capitán, qué  

en paz con el mundo. ¿No te encanta  

ver cómo se sienta en el césped a observar a los pájaros?  

      Se piensa  

que como es blanco no pueden verlo.  

 

¿Sabes por qué son felices? Se llevan  

a los niños. ¿Y sabes por qué pueden irse  

de paseo con los niños ? Porque  

ellos sí tienen niños. 

 

No se nos parecen en nada; nunca se van  

de viaje. Por eso tienen un perro. 

 

¿Te has fijado en cómo Alissa siempre vuelve de paseo  

sujetando algo, metiendo la naturaleza  

en casa? Flores en primavera,  

ramitas en invierno. 

 

Me apuesto a que seguirán llevándose al perro  

cuando los niños sean mayores.  

Es un perro joven, prácticamente  

un cachorro.  

 

Si no podemos pretender  

que Sam nos siga. ¿no podríamos  

llevarlo con nosotros?  

Podrías llevarlo en brazos. 

 

LA BONDAD DE TELÉMACO 

 

Cuando era más joven sentía  

pena de mí mismo  

compulsivamente; en términos prácticos,  

no tenía padre; mi madre  

vivía en su telar haciendo conjeturas  

sobre la vida erótica de su marido, gradualmente  

me fui dando cuenta de que ningún niño de aquella isla tenía  

una historia diferente; mis padecimientos  

eran la regla general, común  

a todos, un vínculo  

entre nosotros, y por lo tanto  

con la humanidad: qué  

vida la de mi madre, sin ningún  

tipo de compasión por el sufrimiento  

de mi padre, por un alma  

fogosa por naturaleza, y por tanto  

castigada por elección propia, ni tenía mi padre  

idea alguna del coraje de ella, sutilmente  

expresado como inacción, siendo él  

como era propenso al dramatismo,  

a montar un número: me di cuenta  

de que podía compartir estas apreciaciones  

con mis amigos más cercanos, pues compartían  

las suyas conmigo, para ponerlas a prueba,  

para refinarlas: como adulto  

soy capaz de mirar mis padres  

con imparcialidad y sentir lástima de ambos: espero  

ser siempre capaz de tenerles lástima.           

 

LA PARÁBOLA DE LA BESTIA                   

 

El gato ronda por la cocina  

con el pájaro muerto,  

su nueva posesión.  

 

Alguien debería hablarle  

de ética al gato mientras éste  

investiga el lacio pajarillo:  

 

en esta casa  

no nos enfrentamos  

a los antojos de este modo.  

 

Cuéntale eso al animal,  

con sus dientes ya  

clavados en la carne de otro  animal. 

 

MEDIANOCHE  

 

Háblame, corazón dolorido: qué  

ridícula misión te has inventado para estar  

llorando en el oscuro garaje  

con tu bolsa de basura: no es cosa tuya  

sacar la basura, tu trabajo es  

vaciar el lavavajillas. Otra vez alardeas,  

exactamente igual que en tu niñez; ¿dónde  

está tu lado complaciente, tu famoso  

distanciamiento irónico? La luz de la luna alcanza  

la ventana rota, una luna de verano, delicados  

murmullos de la tierra con su pronta dulzura.  

¿Es ésta la manera en que te comunicas  

con tu marido, negándote a responder  

cuando llama, o es esta la forma de comportarse  

de un corazón apenado: queriendo estar  

a solas con la basura? Si yo fueras tú,  

miraría al futuro. Después de quince años,  

su voz puede que empiece a cansarse; alguna noche 

si no contestas, alguna otra sí lo hará.      

 

SIRENA  

 

Me convertí en una criminal al enamorarme.  

Antes de eso era camarera.  

 

No quería irme a Chicago contigo.  

Quería casarme contigo, quería  

que tu mujer sufriera.  

 

Quería que su vida fuera como una obra de teatro  

en la que todas las partes son partes tristes.  

 

¿Piensa una buena persona  

de esta manera? Me merezco  

 

que se me reconozca la valentía.  

 

Me senté a oscuras en tu porche delantero.  

Lo tenía todo clarísimo:  

si tu mujer no te dejaba libre  

eso era prueba de que no te amaba.  

Si te amaba  

¿no querría que fueras feliz?  

 

Ahora me parece  

que si sintiera menos sería  

una mejor persona. Era  

una buena camarera  

era capaz de cargar con ocho copas. 

 

Solía contarte mis sueños.  

Anoche vi a una mujer sentada en un oscuro autobús:  

en el sueño ella llora, el autobús en el que va  

se aleja. Con una mano  

dice adiós; con la otra acaricia  

un cartón de huevos llenos de bebés.  

 

El sueño no supone la salvación de la doncella. 

 

PRADERAS II 

 

Alissa no es que traiga  

ramitas para la casa; las ramitas  

pertenecen a la perra. 

 

PUERTO DEPORTIVO 

 

Mi corazón era una pared de piedra  

que aún así traspasaste.  

 

Mi corazón era el jardín de una isla  

a punto de ser pisoteado por ti.  

 

No deseabas mi corazón;  

habías puesto rumbo a mi cuerpo.  

 

Nada de eso es culpa mía.  

Lo eras todo para mí,  

no solo la belleza y dinero.  

Cuando hacíamos el amor  

el gato se iba a otra habitación.  

 

Luego te olvidaste de mí.  

 

No sin razón  

las piedras  

temblaban en el jardín cercado  

 

no hay nada allí ahora a salvo  

esa cosa salvaje que la gente llama naturaleza 

el caos que se apodera de todo.  

 

Me llevaste a un lugar  

donde vi la maldad de mi carácter  

y me dejaste allí.  

 

El gato abandonado  

gime en la alcoba vacía.       

 

PARÁBOLA DE LA PALOMA 

 

Una paloma vivía en una aldea.  

Cuando abría la boca  

sólo emitía dulzura, un sonido  

como una luz plateada alrededor  

de la rama del cerezo. Pero  

la paloma no estaba satisfecha.  

 

Veía a los aldeanos  

congregarse a escuchar bajo  

el árbol en flor.  

No pensaba: estoy  

más alta que ellos.  

Quería andar entre ellos.  

experimentar la violencia del sentimiento humano  

es parte para mejorar su canción.  

 

Así que se transformó en humana. 

Halló pasión, halló violencia,  

al principio mezcladas, luego  

como emociones separadas  

y éstas no estaban  

restringidas por la música. Así que  

su canción se transformó,  

las dulces notas de su deseo de ser humana  

agriadas y achatadas. Entonces  

el mundo retrocedió; la mutante  

cayó del amor  

como de la rama del cerezo,  

cayó manchada con la sangrienta  

fruta del árbol.  

 

Así que es verdad después de todo, no sólo  

una regla del arte:  

cambia de forma y cambiarás tu naturaleza.  

Y es esto lo que nos hace el tiempo.  

 

EL DILEMA DE TELÉMACO 

 

Soy incapaz de decidir  

qué escribir sobre  

la tumba de mis padres. Sé  

lo que a él le gustaría: le gustaría  

amado, lo que va 

ciertamente al caso, sobre todo  

si contamos a todas  

las mujeres. Pero  

eso deja a mi madre  

al margen. Me dice  

que no le importa  

lo más mínimo; prefiere  

que la representen  

sus propios logros. Me parece  

una falta de tacto recordarles  

que uno no  

honra a los muertos perpetuando  

sus vanidades, las  

proyecciones que hicieron de sí mismos.  

Mi gusto personal me dicta  

precisión sin  

verborrea; son  

mis padres, consecuentemente  

los veo juntos,  

a veces me inclino por  

marido y mujer, otras  

por fuerzas enfrentadas.                                       

 

PRADERAS III 

 

¿Cómo pudieron los Giants bautizar  

aquel lugar como las Praderas (1)? Tiene  

prácticamente lo mismo en común con un pastizal 

que el interior de un horno.    

 

Nueva Jersey  

era rural. No quieren  

que lo olvidemos. 

 

Simms  

no era un garrulo. L T  

no era un garrulo (2).  

 

Lo que creo es que deberíamos  

mirar lo que nos rodea  

de forma realista, por lo que es  

en la actualidad. 

 

Eso es lo que  

te digo sobre la casa. 

 

Ningún gigante  

hablaría como hablas tú.  

Serías una persona más simpática  

si fueras fan de algo.  

Cuando haces eso con la boca  

te pareces a tu madre. 

 

¿Sabes qué es lo que son? 

Reyes entre los hombres.  

 

¿Qué Rey entonces  

despidió a Simms? 

 

(1) Meadowlands (Praderas) era el nombre por el que se conocía al antiguo estadio de los Giants (N del T). 

(2) Dos jugadores de los New York Giants: Phil Simms y Lawrence Taylor (N del T). 

 

LA ROCA  

 

Emblema  

de los terribles  

recovecos de la tierra, espíritu  

de la oscuridad, de  

la mente criminal, estoy  

segura de que hay en tu interior  

algo humano, algo a lo que el lenguaje  

puede interpelar ¿Cómo si no  

abordaste a Eva  

con tu adictiva  

información? He pagado  

amargamente por su  

desliz, préstame  

por tanto tu atención. Dime  

cómo vivís en el infierno,  

qué hace falta en el infierno,  

pues pienso enviar   

allí a mi amado. No  

por supuesto para siempre:  

tal vez le quiera  

de vuelta en algún momento, no  

permanentemente herido pero  

sí severamente escarmentado,  

como nunca lo ha sido, aquí  

en la superficie. ¿Qué  

he de darle como  

protección, qué  

escudo que no  

le proteja del todo? Has de ser  

su guía y su maestro: ayúdale  

a que mude la piel  

como tú haces, aunque es este caso  

le queremos  

más viejo por debajo, quizás  

un tanto apocado. Confío  

en que entiendas estas  

sutilezas: ¡pareces  

muy interesado, no  

te deslizas otra vez bajo tu roca! Oh,  

estoy segura de que somos parientes  

incluso aunque no seas  

humano; tal vez la mía  

sea el alma de un reptil después de todo.     

 

EL PODER DE CIRCE  

 

Jamás convertí a nadie en cerdo.  

Algunas personas son cerdos; yo les di  

aspecto de cerdo.  

 

Estoy harta de ese mundo vuestro  

que permite al exterior disfrazar el interior.  

 

Tus hombres no eran malos hombres  

una vida indisciplinada  

les hizo ser así. Como cerdos,  

 

bajo la atención de  

mis cuidados y los de mis chicas, se  

ablandaron enseguida.  

 

Entonces revertí el hechizo,  

mostrándote mi bondad  

además de mi poder. Entendí  

 

que podíamos ser felices aquí,  

como lo son hombres y mujeres  

si sus necesidades son sencillas. Al mismo tiempo,  

 

adiviné tu partida,  

tus hombres desafiando con mi ayuda  

los embates del acuciante mar. ¿Crees  

que unas pocas lágrimas van a molestarme? Amigo mío,  

toda hechicera es  

pragmática por naturaleza; nadie  

percibe lo esencial si no es capaz  

de afrontar los límites. Si tan sólo quisiera retenerte  

 

podría haberte hecha prisionero.               

 

LA FANTASÍA DE TELÉMACO 

 

Algunas veces pienso en los años  

de mi padre en esas islas: ¿por qué  

resultaba tan atractivo  

a las mujeres? Estaba en apuros entonces, supongo  

que desesperado. Creo  

que las mujeres prefieren a un hombre  

aún entero, en pie, pero  

a punto de derrumbarse: semejante  

desmoronamiento les recuerda  

a la pasión. Las imagino viviendo  

durante toda su vida  

completamente desvestidas. Tuvieron que  

cegarle, pienso, todas esas mujeres  

mucho más jóvenes que él  

a las que claramente volvía locas, dispuestas  

a hacer todo lo que él deseara. ¿Será  

una suerte hallar circunstancias  

tan propicias a la voluntad de uno, vivir  

durante tantos años  

sin oposición, libre de frustraciones? Uno  

por fuerza ha de creerse  

enteramente bueno o digno. Yo  

supongo que con el tiempo o bien  

te conviertes en un monstruo o bien  

el amado acaba viendo al que eres. Nunca  

he deseado la vida de mi padre  

ni tengo idea alguna 

de lo que sacrificó  

para sobrevivir aquella vez. Menos peligroso 

es creer que se sintió atraído por ellas 

así que se quedó 

para ver quiénes eran. Pienso, aún así,  

que siendo un hombre de imaginación  

en cierta medida  

se convirtió en lo que eran.  

 

PARÁBOLA DEL VUELO 

 

Una bandada de pájaros abandona la ladera de la montaña. 

Negros en la tarde primaveral, bronceados a principios de  

verano,  

elevándose sobre el agua lisa del lago.  

 

¿Por qué de repente se inquieta el hombre joven,  

decae la atención que ha puesto en su pareja?  

Su corazón no está ya del todo dividido; trata de pensar  

en cómo decir esto con cierta compasión.  

 

Ahora oímos las voces de los otros mientras cruzan la biblioteca 

hacia la veranda, el porche de verano; los vemos  

sentarse donde acostumbran en las diversas hamacas y sillas,  

las blancas sillas de madera de la vieja casa, reorganizar  

los cojines de rayas.  

 

¿Importa acaso a dónde van los pájaros? ¿Importa incluso  

de qué especie son?  

Parten de aquí, de eso se trata,  

primero sus cuerpos, luego sus tristes gritos.  

Y, desde ese momento, dejan de existir para nosotros.  

 

Debes empezar a pensar en nuestra pasión de esa manera.  

Cada beso fue real, después  

cada beso abandonó la faz de la tierra. 

 

LA DECISIÓN DE ODISEO 

 

El gran hombre le da la espalda a la isla.  

Su muerte no sucederá ya en el paraíso  

ni volverá a oír  

los laudes del paraíso entre los olivos,  

junto a las charcas cristalinas bajo los cipreses. Da  

 

comienzo ahora el tiempo en el que oye otra vez  

ese latido que es la narración  

del mar, al alba cuando su atracción es más fuerte.  

Lo que nos trajo hasta aquí  

nos sacará de aquí; nuestra nave  

se mece en el agua teñida del puerto 

 

Ahora el hechizo ha concluido.  

Devuélvele su vida,  

mar que sólo sabe avanzar. 

 

NOSTOS 

 

Había un manzano en el patio 

-de esto debe hacer  

unos cuarenta años - tras el cual,  

sólo un prado. Montones  

de azafrán entre la hierba mojada. 

Me quedé en aquella ventana:  

finales de abril. Flores  

primaverales en el patio del vecino.            

¿Cuántas veces, en realidad, floreció  

el árbol en mí cumpleaños,  

el día exacto, no  

antes, ni después? Sustitución  

de lo inmutable  

por lo que cambia, lo que evoluciona. 

Sustitución de la imagen  

por la tierra implacable. Qué  

es lo que sé de este lugar,  

el papel de los árboles durante décadas  

asumido por un bonsái, voces  

que surgen de las pistas de tenis;  

campos. Olor a hierba alta, recién cortada. 

Lo que uno esperaría de un poeta lírico.  

Miramos el mundo una sola vez, en la niñez. 

Lo demás es memoria.        

 

LA MARIPOSA  

 

Mira, una mariposa. ¿Pediste un deseo? 

 

Uno no pide deseos a  las mariposas. 

 

Tú hazlo. ¿Pediste uno? 

 

Sí. 

 

Pues no cuenta. 

 

EL TORMENTO DEL CIRCE  

 

Me lamento amargamente  

de los años en que te amé  

en tu presencia y en tu ausencia, me lamento  

de la ley, de la vocación  

que me prohíbe retenerte, del mar  

una lámina de vidrio, de la belleza blanqueada  

por el sol de las naves griegas: cómo  

voy a tener poder si  

no tuve deseo alguno  

de transformarte: pues  

amaste mi cuerpo,  

pues encontraste allí  

la pasión que estimábamos  

más que otro don, en ese único instante  

más allá del honor y la esperanza, más allá  

de la lealtad, en el nombre de ese vínculo  

te prohíbo  

un sentimiento tal por tu mujer  

que te permita  

descansar a su lado, te prohíbo  

que vuelvas a dormir  

si no puedo tenerte. 

 

EL DOLOR DEL CIRCE  

 

Finalmente, me di a conocer  

a tu mujer como lo haría  

un dios, en su propia casa, en  

Ítaca, una voz  

incorpórea: ella  

detuvo su labor, giró la cabeza  

primero a la derecha, luego izquierda  

aunque era inútil por supuesto  

seguirle el rastro a ese sonido hasta  

cualquier fuente objetiva: dudo  

que vaya a regresar a su telar  

con lo que ahora sabe. Cuando  

la vuelvas a ver, dile  

que así es como un dios se despide:  

si me quedo en su cabeza para siempre  

permaneceré en tu vida para siempre.  

 

LA TERQUEDAD DE PENÉLOPE  

 

Un pájaro llega a la ventana. Es un error  

considerarlos solamente  

pájaros, muy a menudo son  

mensajeros. Por eso, una vez  

se precipitan sobre el alfeizar, se quedan  

perfectamente quietos, para burlarse  

de la paciencia, alzando la cabeza para cantar  

pobrecita, pobrecita, un aviso  

de cuatro notas, para volar luego  

del alfeizar al olivar como una nube oscura. 

¿Pero quién enviaría a una criatura tan liviana  

a juzgar mi vida? Tengo ideas profundas  

y mi memoria es larga: ¿por qué iba a envidiar esa libertad  

cuando tengo humanidad? Aquellos  

que tienen el corazón más diminuto son dueños  

de la mayor libertad.    

 

LA CONFESIÓN DE TELÉMACO 

 

No  

les fue mejor  

al marcharse él; básicamente  

a mí me fue mejor. Esto  

me sorprendió, no porque estuviera convencido  

de necesitarlos a ambos sino porque  

ya de adulto aún conservaba  

algo del hambre infantil  

por el ritual. ¿Cómo si no abordar  

esa sensación de no ser  

amado lo suficiente? Posiblemente  

ningún niño sea  

amado lo suficiente; no  

sabría decirlo. Pero desde el principio  

cada uno quiso algo  

diferente de mí; tener  

que inventar el ser  

que cada uno requería en un  

momento dado era  

menos agotador que  

tener que ser  

dos personas. Y tras un tiempo  

me di cuenta de que yo era  

realmente una persona; tenía  

mi propia voz, mis propias ideas, aunque  

llegara a ellas tarde. no lamento ya  

el terrible episodio de los campos,  

el ardid que se llevó  

a mi padre. Mi madre  

llora ya suficiente por todos.  

 

VACÍO 

 

Ya sé por qué te niegas a comprar muebles.  

Te niegas a comprar muebles porque estás deprimida.  

 

Te voy a decir cuál es tu problema: no eres  

sociable. Deberías  

echarte un vistazo; el único momento en que eres del todo feliz  

es cuando te pones a trocear pollo.  

 

¿Por qué no podemos hablar de lo que yo quiero hablar?  

¿Por qué estás siempre cambiando de tema?  

 

Me ofendes. No es que confunda 

reiteración con análisis.  

 

Deberías probar una de esas sustancias químicas,  

a lo mejor escribirías más. 

A mejor lo tuyo es alguna clase de síndrome de vacío.  

 

¿Sabes por qué cocinas? Porque  

te gusta el control. Alguien que cocina es alguien al que le gusta 

generar una deuda.  

 

¡Gente de verdad! ¡Auténticos seres humanos  

sentados en las sillas de nuestra sala de estar!  

Te diré una cosa: voy a aprender  

a jugar al brigde 

 

No pienses en ello como invitados, piensa que son  

unos pollos adicionales. Te gustará.  

Si tuviéramos más muebles  

tendrías más control.            

 

LA CARGA DE TELÉMACO 

 

Nada 

fue precisamente difícil porque  

las rutinas se adquieren: compensaciones  

por las perceptibles  

ausencias y omisiones. Mi madre  

era la clase de mujer  

que te hace saber que está sufriendo y luego  

niega ese sufrimiento puesto que según ella  

sufrir es algo propio de los esclavos; cuando  

trataba de consolarla,  

aliviarle su tristeza, me  

rechazaba. Ahora me doy cuenta  

de que si hubiera sido capaz de ser honesta  

entonces habría sido  

una estoica. Desafortunadamente  

era una reina, quería que se entendiera  

que en todo momento había sido ella  

la que había elegido su destino. Tendría que estar  

loca para elegir ese destino. Bueno,  

buena suerte a mi padre, en mi opinión  

es un estúpido si supone  

que su regreso va a hacerla sentirse  

menos sola; tal vez  

ésa fuera la razón de su regreso.         

       

PARÁBOLA DE LOS CISNES 

 

En un pequeño lago fuera  

del mapa del mundo, vivían 

dos cisnes. Como cisnes que eran,  

pasaban el ochenta por ciento del día estudiando  

su imagen sobre el agua atenta y  

el veinte por ciento agasajando a su  

amado. Así que  

su fama de amantes proviene  

sobre todo del narcisismo, que deja  

tan poco tiempo libre para  

planes de carácter más general. Pero  

el destino tenía otros planes: tras diez años, dieron  

con un agua fangosa; fuera la suciedad que fuera, se  

adhirió al plumaje del macho, que se volvió  

instantáneamente gris; al mismo tiempo,  

el verdadero propósito del diseño  

flexible de su cuello fue revelado. ¡Cuánta  

acción sobre el lago, cuánto  

había pasado por alto! Pronto o tarde en una larga  

vida juntos, toda pareja acaba encontrándose  

con alguna emergencia así, algún  

drama que les acaba  

haciendo daño. Esto  

ocurre por una razón: para poner  

a prueba el amor y reclamar  

una nueva articulación de sus complejos términos. 

Así que salió a la luz que macho y hembra  

volaban bajo banderas diferentes: mientras  

el macho creía que el amor  

es lo que uno siente en su corazón  

la hembra creía  

que el amor es lo que uno hace. Pero esto no es  

un cuento sobre la inherente  

corrupción del macho, usando como prueba la sórdida  

definición de pureza del cisne. Es  

una historia sobre la astucia y la inocencia. Diez años  

estudió la hembra al macho; se entretenía  

cuando él dormía o cuando estaba  

convenientemente absorto en el agua,  

mientras que el espontáneo macho  

actuaba casualmente, al  

antojo del momento. En el agua enlodada  

discutieron un rato, bajo la tenue luz,  

hasta que la discusión fue haciéndose  

lentamente abstracta, convirtiéndose  

en parte de su canción  

al cabo de un tiempo.   

 

BAÑADOR MORADO 

 

Me gusta mirarte trabajar en el jardín  

dándome la espalda con tu bañador morado:  

tu espalda es mi parte favorita de tu cuerpo,  

la parte que está más alejada de tu boca.  

 

A lo mejor deberías pensar un poco en esa boca.  

También en tu forma de quitar las malas hierbas,  

rompiendo los tallos a nivel del suelo  

cuando deberías arrancarlas de raíz.  

 

¿Cuántas veces tengo que decirte  

cómo se  extiende la hierba, a pesar  

de tu montoncito, en una masa oscura que  

al igualar la superficie has finalmente  

oscurecido del todo? Al verte  

 

con la mirada perdida en las ordenadas  

hileras de la huerta, aplicándote  

aparentemente a fondo cuando en realidad  

haces el peor trabajo posible, pienso  

 

que eres una irritante cosita morada  

y que me gustaría que te esfumaras de la faz de la tierra  

porque eres todo lo equivocado de mi vida  

y te necesito y te quiero para mí.         

 

PARÁBOLA DE LA FE  

 

Ahora, al caer el sol, en las escaleras  

de palacio el rey solicita el perdón de su dama.  

 

No es  

hipócrita; ha tratado de ser  

fiel al momento; ¿existe otra forma de ser  

fiel a uno mismo?  

 

La dama  

oculta el rostro, en cierta manera  

ayudada por las sombras. Llora  

por su pasado; cuando se tiene una vida secreta,  

las lágrimas de uno no se explican jamás.  

 

Y aún así con gusto el rey cargaría  

con la tristeza de su dama: el suyo  

es un corazón generoso,  

así en el dolor y en la alegría.  

 

¿Sabes acaso  

qué significa el perdón? Significa  

que el mundo ha pecado, que el mundo  

ha de ser perdonado...         

 

REENCUENTRO 

 

Después de que Odiseo haya regresado al fin  

irreconocible a Ítaca y asesinado  

a los pretendientes que atestaban la sala del trono,  

muy delicadamente indica a Telémaco  

que salga: como se presentó hace veinte años,  

se presenta ahora ante Penélope.  

En el suelo de palacio anchas franjas de sol  

viran del dorado al rojo. Nada le cuenta  

de aquellos años, elige hablar en cambio  

solamente de cosas menudas, como sería costumbre  

en un hombre y una mujer que llevasen mucho juntos:  

una vez ella vea quién es, sabrá qué es lo que ha hecho.  

Y mientras habla con ella, ah,  

cariñosamente le roza el antebrazo.       

 

EL SUEÑO  

 

Tuve un sueño de lo más raro. Soñé que volvíamos  

a estar casados.  

 

Hablabas mucho. No parabas de decir cosas como esto es 

razonable 

Cuando me desperté, empecé a leer mis antiguos diarios.  

 

Cuando me desperté, empecé a leer mis antiguos diarios.  

 

Pensé que odiabas los diarios.  

 

Los escribo cuando me siento deprimida. De todos modos,  

todos aquellos años en que pensé que éramos tan felices  

llevaba un montón de diarios.  

 

¿Alguna vez piensas en ello? ¿Alguna vez te preguntas  

si todo el asunto fue una equivocación? En realidad  

la mitad de los invitados ya lo dijeron en la boda.  

 

Te diré algo que jamás te he contado:  

aquella noche me tomé un Valium.  

 

No dejo de recordar cómo veíamos la televisión,  

cómo solía ponerte los pies en el regazo. El gato solía  

sentarse  

encima de ellos. ¿No sigue pareciéndote  

una imagen de alegría, de bienestar? ¿ Por qué  

no podía entonces continuar más tiempo?  

 

Porque era un sueño.           

Pensé que odiabas los diarios.  

 

Los escribo cuando me siento deprimida. De todos modos,  

todos aquellos años en que pensé que éramos tan felices  

llevaba un montón de diarios.  

 

¿Alguna vez piensas en ello? ¿Alguna vez te preguntas  

si el asunto fue una equivocación? En realidad  

la mitad de los invitados ya lo dijeron en la boda.  

 

Te diré algo que jamás te he contado:  

aquella noche me tomé un Valium.  

 

No dejo de recordar cómo veíamos la televisión,  

cómo solía ponerte los pies en el regazo. El gato solía  

sentarse  

encima de ellos. ¿No sigue pareciéndote  

una imagen de alegría, de bienestar? ¿Por qué  

no podía entonces continuar más tiempo?  

 

Porque era un sueño.           

                       

OTIS 

 

Una hermosa mañana; nada  

murió durante la noche.  

Los Light están montando los tutores de los guisantes.  

¡Renacer! ¡Renovarse! Y al otro lado del jardín,  

muy bajito, alguien ha puesto algo de Otis Redding.  

 

Ahora las grandes melodías  

encajan otra vez: tengo veintitrés, voy por el metro  

tras Chassler, tras mi amor perdido, abrazada  

a mi propio disco, porque tengo que escuchar  

este exacto sonido vaya a donde vaya, da igual  

al apartamento de quién: ¡qué apartamentos  

visité ese verano? No tengo ni idea  

de a dónde voy, a punto de dejar Nueva York, de vivir  

en el paraíso, pues no soy  

consciente del cambio, no me hago idea de lo que le pasará  

a Chassler; hasta la necesidad obsesiva, mi único pensamiento  

era  

que la única tristeza que conectaba con la mía era la de Otis.  

 

Mira, los tutores  

han aguantado: Steven  

lo ha equilibrado a la primera.  

Ahora le toca a las semillas, ahí está Anna  

sentada en la tierra con el paquetico abierto.           

 

¿Este es el final, no? 

Y tú vuelves a estar aquí conmigo, escuchando conmigo: el mar 

ya no me atormenta; aquel  

que yo quería ser es quien soy.       

 

EL DESEO 

 

¿Recuerdas aquella vez que pediste un deseo?  

 

Pido un montón de deseos.  

 

La vez que te mentí  

sobre la mariposa. Siempre me pregunto  

qué deseo pediste.  

 

¿Qué deseo piensas que pedí?  

 

No lo sé. Que yo regresara, que  

de alguna manera al final acabáramos juntos.  

 

Pedí lo que pido siempre.  

Pedí poder escribir otro poema.  

 

 

PARÁBOLA DEL REGALO 

 

Mi amiga me regaló  

una fucsia, con demasiadas  

expectativas puestas en mí, bajo el juramento  

aquel frío abril de no dejarla  

fuera durante la noche, de un rosa  

intenso dentro de su macetita  

de plástico... He  

matado mi regalo, desprotegidas  

flores en una masa de hojas,  

al confundirla  

con parte de la naturaleza por  

culpa de todos esos tallos: qué  

hago yo ahora contigo,  

antigua cosa viviente  

que todavía ayer  

te parecías a mi amiga, abundantes  

hojas como su pelo sedoso  

aunque las hojas tuviesen  

una sombra rojiza: la veo  

subir los escalones una noche de primavera  

sosteniendo el tembloroso  

regalo en las manos, con  

Eric y Daphne siguiéndola  

a pocos pasos, cada uno  

portando una toalla de hojas de lechuga:  

tantas, tantas cosas que celebrar  

esta noche, como si me estuviera diciendo  

aquí está el mundo, eso debería  

bastar para hacerte feliz. 

 

EL DESEO MÁS SINCERO 

 

Quiero hacer dos cosas:  

quiero hacer un pedido de carne a Lobel´s (1) 

y quiero montar una fiesta.  

 

No soportas las fiestas. No soportas ningún  

grupo de más de cuatro personas.  

 

Si no la soporto  

me iré al piso de arriba. Además  

sólo voy a invitar a gente que sepa cocinar.  

Buenos cocineros y todos mis antiguos amantes.  

Quizá incluso a tus exnovias, salvo  

a las presumidas.  

 

Si fuera tú,  

empezaría con el pedido de carne.  

 

Pondremos bombillas en el jardín.  

Cuando veas las caras de la gente  

verás lo felices que son.  

Algunos bailarán, quizá  

Jasmine lleve su cadenita tibetana en el tobillo.  

Cuando se cansa, los cascabeles se ralentizan.  

 

Será otra vez primavera; todos  

los tulipanes estarán abriéndose.  

 

El tema no es si están o no  

contentos los invitados.  

 

El tema es si están o no  

muertos.  

 

Confía en mí: nadie  

volverá a salir herido.  

Por una noche, el cariño  

triunfará sobre la pasión. La pasión  

estará toda en la música.  

 

Si eres capaz de oír la música  

puedes imaginarte la fiesta.  

Lo tengo todo planeado: primero  

un amor violento, luego  

dulzura. para empezar Norma  

y luego tal vez los Light.                                  

 

 (1) Una conocida carnicería de Nueva York (N del T). 

 

              

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”