Germán Bernardez (Uruguay)
Letras, sexo, vino
de: Germán Bernardez
Gask se arrimó al borde de la cama y murió sin más. Dejó una mesa de luz repleta de cosas por hacer, pero a la muerte le importaba un carajo, tenía que hacer su trabajo y cumplía con creces. Sobre el viejo mueble de madera dormía un libro de Ray Bradbury a medio leer, sobresaltado de tanto en tanto por la tristeza del piano del disco de I´m a Bird Now de Antony and the Johnsons, sobre la cama un par de obras de arte de Andy Warhol y olor a sexo rancio, notoria señal de la falta de movimiento que le hacía a aquél lugar que llevaba meses sin ver una mujer... o un hombre. Gask se retorció un poco, simple rigor post mortem, algo de sangre manchó la alfombra. Mirando desde arriba, en lugar de seguir una luz blanca o ver pasar su vida enfrente de sus pupilas, se rezongaba a sí mismo por estropear aquél tapiz que le había costado un dineral. El ladrón se lo llevó sin percatarse de la mancha, no sin antes patear el cuerpo un par de veces para quitarlo de encima.
El ladrón hizo un surco en el aire con el hacha, Gask se arrimó a la cama y murió sin más.
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