Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Atrás el sonido avanza
cauteloso y embriagado en la locura
sus voces
son balas tendidas a la orilla de la
carretera
ellas cubren las carnes de cristal con
sus venas
mientras las grietas en las paredes
humedecidas
quedan rota en la frontera del mundo
hundida cual salvaje
con las ramas indecorosas del mangle
ellas se pierden en las noches holgazanas
lloran porque Dios se disfrazó en el
carnaval
dejando sus risas convertidas
en arena para olvidar la desfachatez
cuando la sangre rueda por las calles
y los jóvenes mueren con sus palabras.
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