Mientras sus dedos detienen el poema que surge de la tierra
la mirada en la calma busca lo perdido del rostro
entonces se evapora la sonrisa que espera
convirtiéndose en ciudad con luces, conciertos
y brisas que alimentan las ausencias.
La piedad abotona la esperanza cuando el olvido nos arropa
aliviando el sufrimiento dejado por el fantasma de la necesidad.
Sublima la ansiedad misteriosa
que se revela sin palabras cuando el café nos acompaña.
Es la continuidad de la creación ofrecida en vasijas
moldeadas con el barro que fluye de las almas más inesperadas.
Abre la puerta y me recibe sin un abrazo
y su aliento me conduce.
Entre libros y voces me libera del vacío
colocándome en las manos el mundo con sus creencias.
Él, el librero
deambula entre oraciones reconociendo el texto exacto
me ofrece el abanico
se despide abriéndome el camino
y como árbol cósmico que se conmueve
ruego porque llegue la lluvia y me bautice.
la mirada en la calma busca lo perdido del rostro
entonces se evapora la sonrisa que espera
convirtiéndose en ciudad con luces, conciertos
y brisas que alimentan las ausencias.
La piedad abotona la esperanza cuando el olvido nos arropa
aliviando el sufrimiento dejado por el fantasma de la necesidad.
Sublima la ansiedad misteriosa
que se revela sin palabras cuando el café nos acompaña.
Es la continuidad de la creación ofrecida en vasijas
moldeadas con el barro que fluye de las almas más inesperadas.
Abre la puerta y me recibe sin un abrazo
y su aliento me conduce.
Entre libros y voces me libera del vacío
colocándome en las manos el mundo con sus creencias.
Él, el librero
deambula entre oraciones reconociendo el texto exacto
me ofrece el abanico
se despide abriéndome el camino
y como árbol cósmico que se conmueve
ruego porque llegue la lluvia y me bautice.
GAP
No hay comentarios:
Publicar un comentario