Por: Gilberto Aranguren Peraza
El ombligo cruza
la sala desesperado
se acuesta
rodeado e invisible
con la mano
en el abismo
alegre
y con la boca en los fluidos
anuncia la primera letra
inmóvil duerme
envuelto en hierbas
mientras los muertos
se encuentran ilegibles
en la pata de la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario