Maguy Blancofombona |
Poemas de MARISMAS
MARISMAS 1
Dónde irá la imagen
cuando muera la mar
en el movimiento de las criaturas
deslizándose en la aridez
de las piedras sagradas
que buscan en el polvo original
respuestas autistas
regadas por el viento
Una apertura en la tierra
interroga la selva
la barca rasga
los espacios vírgenes
un templo sagrado
surge entre grietas
las líneas se tuercen
para esconder mañana
las aguas de luna
Todos invadieron
las tierras del sur
rasgando la piel
de los sonidos vírgenes
el aullido de los vientres
regó las arenas
con la sangre espesa
de los dioses dormidos
El aleteo se extiende
con la llama oblicua
y las risas nerviosas
en la tormenta tropical
las velas blancas tocan el agua
la gran ilusión recorre los cuerpos
mientras el navio
roza el anillo transparente
virando hacia el mañana
Con cordones de piel
tejo restos humanos
despojos dejados
en espacios sin referencia
accedo al laberinto
deshojando el cuerpo
de una imagen
que se desnuda
en su descenso a los infiernos
Cada día
se abren más fozas
y sus muros
los lleno de poemas
el olor execrado
invade los espacios
y la doble visión
curva mi cuerpo
en un espiral sin comienzo
En la luz de la vela
el sacrificio se consume
evocando viejas antorchas
y enormes candelabros
perdidos en años
la pequeña luz
alumbra el horizonte
y el silencio se expande
El ojo del sol
ha descubierto
lugares sombreados
en un amanecer
de luna llena
tejo oscuras soledades
entre ruidos de lluvia
y sonidos abstractos
plegada
por los manglares salobres
me sumo a la nostalgia
En el barro sagrado
sugiero sombras
con la mirada húmeda
morada abierta
por siglos deslavada
eterno paso
de extraños caminantes
arena sumergida
donde la huella reposa
con oxidada esperanza
La lluvia
golpeando el latón
de los techos cercanos
y esa humedad
que se expande
por los rincones
construidos cada día
inventando espacios
que se multiplican vacíos
convertidos en ruinas
Las telas cuelgan
sobre los muros espesos
testigo soy
de los sonidos estridentes
siento la espera
de presencias confusas
mientras el polvo
arropa los cuerpos
sembrando una evidencia
Caminar
entre el fluido verdoso
y la sequía cobriza
que envuelve el calor
un movimiento lento
devora el instante
mientras los cirios
queman el aire
y los símbolos
transforman el secreto
Nacieron los signos
con los vestigios de piel
y colocados en fila
se convirtieron en muros
clavados en el espíritu
paralelas
las ideas se elevaron
perdiendo su geometría
la humedad mística
del comienzo
Círculos
curiosamente delineados
entre los dedos
que recorren las telas
una vida vaporosa
se diluye por momentos
dejando trazos
buscando vocablos
en el polvo rojizo
de los desiertos del tiempo
Recorro las marismas
el ruido del vacío
consume la esencia
mientras el silencio
purifica el momento
que engendra las líneas
sugeridas en la arena
el eco de la mar
se oye a lo lejos
El canto de los pájaros
simplifica el lenguaje
dejado por los hombres
vuela sobre los muros
y se pierde en la memoria
flota transparente
en la nostalgia
sobre los mares ocultos
extendiendo las alas
hasta beber del alba
El recuerdo lacustre
de la humedad perdida
entre caminos una luz
plegada en su silencio
los dedos tientan
la ambigüedad de las fuerzas
que revientan el canto
de las aves dormidas
Abrazada a la melancolía
y empujada por el tiempo
me deshojo lentamente
entre imágenes conocidas
y la enorme ausencia
que persiste en recorrer
conmigo las orillas del alma
y el sabor del infierno
Perdidos
en los espacios continuos
donde las pieles sudadas
se aferran a la vida
la comunión de los sentidos
empapa los instantes
mientras el humo
protege las esferas
y las gasas resbalan
exhumando el pasado
Soy una ficción
creada por el viento
tropiezo los contornos
de soles solitarios
ruedan en la noche
bordeando los extremos
despojándose del polvo
que elabora los velos
desnuda me sumerjo
entre mares ciegos
Tengo las aguas del mar
clavadas en el rostro
en un cruce de miradas
los dedos resbalan
mientras
como venados alertas
dejamos escapar
un grito lento
convertido en concierto
En el azar
cuando la libertad se abre
y brota la lujuria
el ritmo inusual
transporta los cuerpos
hacia el mañana
de un asilo sin nombre
Los senderos
se extienden paralelos
hasta tocar el alba
invadida de silencio
remonto el espacio
buscando entre las cuerdas
la que sostiene
el principio y el fin
de una existencia
MARISMAS 2
Los límites se expanden
lentamente las pieles descubren
el olor a cercanía
en una cruz señal del horizonte
la vertical se enciende
reflejando el oriente
esculpiendo el principio
camino infinito que aureola
como una serpiente alada
de poniente a naciente
Entre escalones
una noche suntuosa
desciende entre pliegues
rozando el descenso
máscaras de plumas
y guantes de seda
recubriendo apariencias
reunidos en una escena
que transporta al vidente
a un mundo de sirenas
Un siglo de polvo
cubrió mis palabras
compartidas por muñecas de papel
recortadas de un libro
olvidado por años en un arcón
ebria de recuerdos
enumerando visiones espejadas
navegué en un grandioso velero
en busca de fuegos nocturnos
que evocaron los sueños
que nunca se hicieron realidad
al velarse el negativo
Desde los ojos de mi habitación
miro la orilla del mar
y recojo la memoria
que se mece
en un cotidiano deambular
por aceras estrechas
que ascienden
hacia estancias superiores
donde el dominio especular
fragmenta mis ilusiones
Me molestaban los anillos
y los extraje uno por uno
en la penumbra lavo mis manos
recuperando la libertad de los dedos
emergiendo del vacío
en el silencio se gestan
lentamente los significados
masacrados por los días
donde la ausencia se asienta
y el peso del tiempo trasciende
He elegido el silencio
para escuchar la aurora
que se aproxima
entreabriendo las contraventanas
claridad y paz
penetran las hojas del amanecer
las sábanas emanan
emociones recogidas del ayer
sonoridad en el sueño
que absorbe el cruce de miradas
tejiendo con gotas de sudor
huellas del mañana
Mientras las gasas cubren
los muros blancos
deteniendo las sombras
y los días cansados
el ser transfigurado
se impregna de zumos
mientras abraza
con desesperación lacerante
los salones de la vida
como preludio infinito
de una experiencia
Desgarrar la hoja
al escribir un nombre
sobre una página en blanco
que simula la piel
rasgada en la intemperie
convertida la palabra
en quehacer permanente
se construyen los mundos
que en silencio cincelo
sobre un cubo al revés
que llevo en mente
Bebo
de las aguas del mar
en un círculo
cosido con espinas
lavo la sal incrustada en la piel
las crestas depuran los signos
que se escurren
dejando el semen sagrado
en las orillas del alba
Peregrino del mar
legendaria figura
que una vez llenaste las hojas
de la vida con vicios
enumerados en orden
aparición fecunda
de datos lacrados irremediablemente
en páginas amarillentas
que componen el cuaderno
de un escuálido destino
Palpando las perlas de mi collar
recordé los granos de arena
deslizándose por la piel
escuchando las olas
y las piedras rodar en la resaca
ese sonido convertido
en posesión del mar
y el agua que salpica
una vez más el cuerpo
penetrado lentamente
por el calor del sol
Los dedos sobre el vacío
sobre el silencio
lleno de acordes imperceptibles
oír el silencio llegar
y quedarse susurrando
llamando a los dioses
que en su ausencia
permanecen ajenos a la luz
gozar de la luz
confundida con ella en permanencia
y amanecer sembrada de palabras
Abandono la mar
para encontrarme
al otro lado de la franja
más gris y pensativa
espesamente vertida
en las frías arenas
dejando rastros
de silencios interrumpidos
en el camino de las hormigas
Se han encendido las cenizas
en el altar del sacrificio
un perfil de ángel
hace sombra en las columnas
se aproximan las horas
fas pieles se sudan
los pájaros del norte
cruzan la cúpula celeste
soñando el calor de las colinas
Amanecí una vez
a los pies de mi cama
enroscada en las columnas
torneadas por el vacío
las manos ardidas en el fuego
el alma arrugada por la duda
escudriñando el movimiento
el segundero invadió el espacio
pausando el tiempo
reducido por los límites
ayudada por la aguja
tejí los momentos desmembrados
cubriéndome de pliegues inexistentes
Ansio el agua
que bordea los troncos del muelle
me ondulo
hasta rozar el casco
sumergido de los barcos
sensación de fluidez absoluta
recorre la distancia
y regresa acercándose
una inmensidad gris verdosa
se confunde con la niebla
difícil dicernir dónde el principio
y cuándo el final
la humedad se lleva las respuestas
con un eco infinito
que abastece la tarde
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