Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

domingo, 29 de mayo de 2022

Febrero

 

 

El deshielo de febrero de Charles Burchfield (USA, 1893 - 1967)

FEBRERO 

Gilberto Aranguren Peraza

I

 

Te acuerdas de febrero

siempre maduraban los limones

el aire jugaba con los tallos de los helechos

los ácidos maduros impregnaban

su olor los viejos corredores.

 

Por las mañanas bajaba el frío

venía junto al viejo

a escondidas se quedaban

acurrucados en el porche

las nubes esperaban el mediodía

para bajar hasta nosotros

quienes almorzábamos con cerezas

durante la tarde.

 

El cielo quedaba azulito

la luz daba vueltas sobre la tierra

las ramas del naranjo

se batían cual mujer en danza sagrada.

 

Los ocasos eran de los gorriones  

picoteaban el aire y se reían

mientras veían llegar la noche

con sus lámparas.

 

Así eran los días

como foto sin marco

colocada junto a tu cama

a la espera de ese algo

con reliquias y temblores

 

para olvidar fácilmente

cómo la vida se convertía en adioses

era alegre despedir

a quienes se iban sin intención de volver.

 

II

 

Pero el mes pasaba tranquilo, no se entusiasmaba

con nada.

Envuelto en una matriz

de seda y hojas.

Se convertía en lo más frágil del año.

 

Se dejaba llevar con la tranquilidad de los días de fiestas.

 

Mientras la soberbia y la intranquilidad

no dejaban rastros en mí

de la paciencia.

 

Por eso hacía ejercicios  

para ahogar la obstinación y el frío

recordatorio de fracasos y ruedos mojados

rondando por los cabellos

 

como fantasías,

un día como Calvario, y otro

como el lugar de Salvación.

 

Era todo una secuencia de inciensos

borrados en una tarde

roja y perdida en esta ventana

por donde se mira cómo se escapan

los espíritus cuando se despiertan

después de un largo período de oscuridad.     

 

copyrigth©gilbertoarangurenperaza

jueves, 19 de mayo de 2022

El espejo por donde mirábamos a la luna

 

 

Luz de luna de Paul Klee (Suiza, 1879 - 1940)

El espejo por donde mirábamos a la luna

Gilberto Aranguren Peraza 

 

 

"dulcemente brilla la luna"

Vladimir Nabokov

(1919)

 

No importa si te gritan en la calle: ¡Loca!

o desahuciada

demás está decirte son tantas

las locas en el mundo

 

una más

no importa.

 

Te han dejado desnuda

los de adentro

y los de afuera.

 

Nada hace imposible olvidar

cómo nacías a diario con el breve

soplo en el amanecer

 

y las miradas de los amantes

en su silencio

te cantaban a trote

mientras por debajo se amasaba

una crueldad nunca imaginada.

 

La larga calle hizo añicos la promesa

y los odios prostituidos devoraron

lo plantado por los dioses en el centro

del cáliz

 

una gota de miel

semejante al rocío

dulcemente hizo del brillo de tus ojos

el espejo por donde mirábamos a la luna.  

 

copyrigth©gilbertoarangurenperaza

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En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

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La casa es un tejido de ruidos

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”