Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

viernes, 22 de marzo de 2024

Con la borla de la gorra

 

Una chica posando con un sombrero con borlas de Gwendolyn Mary John (Gales, 1876 - 1939)

 

Gilberto Aranguren Peraza

 

Con la borla de la gorra

 

 

Anoche vi a los niños de arroz llevaban

en sus hombros una clase de dulzura

Los pobres sobreviven a esta calle de almohadas

Ocultan sus caras de la luna. Sumerjo

mis manos en un acordeón de medianoche

en un salón de tango

 

Con la borla de la gorra

        el desnudo del hombre sencillo

        un perro girando la cola

        un suicida mirando su ombligo

 

Y nosotros inocentes sin oficio

entramos en una gota de Universo

con una nota en el máximo vacío

donde el Big Bang

detiene la entrada de mi boca

y me cierra toda especie de sonrisa

 

Con la borla de la gorra

        el desnudo del hombre sencillo

        un perro girando la cola

        un suicida mirando su ombligo

 

Porque el paciente reloj medita relajado

en el vientre de cenizas una raya dibujada

en la parte de atrás del pantalón

es una grieta convertida sin descanso

en un sendero sin retorno

 

Con la borla de la gorra

        el desnudo del hombre sencillo

        un perro girando la cola

        un suicida mirando su ombligo

 

Porque los jadeos hechos al descargar la vida

mueren cerca de un tumulto de escarabajos.

 


copyrigth©gilbertoarangurenperaza

miércoles, 13 de marzo de 2024

Unos ojos color café

 

 

Desnudo reclinado con los ojos azules de Henri Matisse (Francia, 1869 - 1954)


 Gilberto Aranguren Peraza

 

Unos ojos color café

 

Cuando te enfurecías

toda tu ternura se ataba

a la cama y levantabas

la pierna derecha mientras

reías a carcajada

 

por debajo de la sabana

parecías un ser

de ultratumba

 

Solo mi piel estremecida

se asomaba en las noches

 

llevabas ojos asombrados

por la sola idea fantasmal

de la pierna

 

Dejábamos los libros

en la mesa de noche

 

cuando leía tanteabas

mi desnudo y por cosas

del destino el amor se

sorprendía

 

Siempre a la medianoche

salías descalza y sigilosa

 

serenamente tartamudeabas

por la hora

 

cuando mi cuerpo

ya estaba en el barranco

y la noche se quedaba

vigilando cómo desaparecíamos

bajo las sabanas

aparecían dos ojos

color café 

 

Acuérdate de aquella vez

cuando el mundo

resbalado en tus labios

te hacían temblar y cerrabas

la puerta. Fuertemente

 

colocabas juntitas las piernas

 

y ponías los ojos

como dos almendras

con chocolate

y te quedabas mirando

por la ventana

a la luna

 

Ella nos espiaba

y lloraba de envidia.

 copyrigth©gilbertoarangurenperaza

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En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

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Libro: Los ruidos de la Casa

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La casa es un tejido de ruidos

Los ruidos de la casa

LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”