Sirena de George Malkine (Francia, 1898 - 1970)
Gilberto Aranguren Peraza
Inquietud
Siempre pienso en la conjunción dada
en el lecho de las horas nocturnas. A sabiendas
de los roces provenientes del amor y de cómo
el reloj desnudo es templado en la sala. Reconozco
el momento de conversión de mis labios en barro,
mientras muerdes mi espalda. Tus cabellos
y el tiempo se convierten en una lluvia heredera
de las heridas escondidas en silencio en un baúl
donde guardo las muñecas. Ellas, las heridas,
quedan a veces enredadas en las sábanas
transmitiendo una inquietud en mis ojos
como brasa con aceite el camino se abre,
recogiendo aromas encogidos en una irrealidad. Temeroso
a la proximidad del otoño deliro al ver la urgencia
de los años acorralados en la cercanía
de la habitación.
En este lugar de la casa las almas se balancean
y los animales bajan desde cualquier esquina de la noche
un muro abierto espera inquieto a la mañana y arranca
un trozo de la hora cuando descalzo
siento un miedo en el pie.
Pero las calles metidas en la habitación se convierten
en un vicio acostumbrado a los enigmas e imágenes
de hombres atravesando las aceras
como astros siderales
tímidos y sin sombras con ojos relampagueando
dejando breves avisos escondidos
en los pliegues de la pared.
Sin esperar nada del día la habitación me revela
las heridas de muerte.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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