Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Nuevamente
un
cenicero resucita el olor del otro
dejando
una
sombra como hechura cósmica.
susurrando
en el puente
con
letras
como
simiente mañanera
en
el vaso donde descansan los senos.
Es
un piélago de gritos
y
él deambula en la ventana
como
cuando abre el vientre
y
besa en círculo
el
conjunto de esquinas
moribundas
y desnudas
a
través de un laberinto.
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