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Norma Socorro (Venezuela) |
Norma Socorro
Extracto de la entrevista publicada por Yorgenis Ramírez en The Wynwood Times
Como en todas las artes el proceso creador es expresión de un mundo personal particular, de una espiritualidad que se expresa en el mundo. En orfebrería, todo inicia en el proceso sensorial y mental a través de ciertas formas imaginarias, que luego, mediante el trabajo técnico deviene en un objeto hermoso. Y para ello, es necesario “escuchar” a los materiales, ellos van diciendo lo que es posible o no, la forma final que tendrá la pieza.
Con el manejo de las palabras, el momento de escribir, la orfebrería de ellas diría, se va tejiendo en lentas o rápidas sucesiones de imágenes y metáforas, hilando un discurso literario que se alimenta de la sensibilidad y emociones de lo que se desea expresar. También he aprendido a esperar que ellas “cuajen” en la mejor conveniencia del texto, desapegándome si es necesario de aquellas que aun siendo muy bellas pueden ser engañosas y desviar del propósito de ese texto. La hilatura de las palabras también amerita paciencia, escuchar la respiración de las palabras, su melodía.
Las imágenes nos escogen muchas veces para iniciar el proceso creativo. A veces son obsesiones y como tal, imágenes frecuentes. Otras veces recurrimos al caudal de experiencias personales, a la observación de la realidad, de las personas, para crear a consciencia, sin que nos tome por asalto la imagen obsesiva.
Me ocurre con frecuencia que caminar por la naturaleza o por las calles donde vivo, detona ideas, imágenes tanto para la orfebrería como para alguna historia. Se hacen presentes ciertas formas en el primer caso, o determinadas palabras – gancho para esa historia. Una forma arquitectónica o vegetal que se refleje sobre la superficie espejada de un edificio, o el diseño lineal de una reja mecánica al cerrarse creando movimiento cinético, pueden inspirar diseños orfebres.
Palabras sueltas que trae el aire de conversaciones de transeúntes, gestos y hechos circunstanciales pueden alimentar el imaginario para escribir historias en cualquier género. La memoria, ese reservorio inagotable de experiencias y sensaciones siempre presta fundamentales imágenes para la escritura.
Exploro muchos temas en literatura, pero creo que con cierta recurrencia me atrapan personajes y situaciones inusuales, experiencias muy humanas que permiten vislumbrar los entresijos de nuestra compleja naturaleza; eso en semblanzas, en narrativa o el ensayo. En cuento, lo fantástico, lo limítrofe con el suspenso y lo inexplicable me atraen últimamente.
Tomado de: https://l1nq.com/WZTJW
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