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Alejandro Cesario (Buenos Aires, 1967) |
Ante la inquietante pregunta del poeta argentino, Rolando Revagliatti:
¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?
ALEJANDRO CESARIO
responde...
Una de las primeras obras que me aparecen a la memoria son los libros de Henry Miller, hubiera sido muy hermoso ser parte de esos momentos, poder vivir algunos de sus viajes, compartir esos instantes de tanta bohemia, de tanto teatro, ya sea en París como en los Estados Unidos. Hay un libro de su autoría, “Pesadilla de aire acondicionado”, donde Miller recorre parte del país del norte en automóvil, ser parte de ese recorrido hubiera sido fascinante.
Siguiendo con ese momento, el poder estar en Francia, precisamente en “París era una fiesta”, título de un libro de Ernest Hemingway, todos esos años, fueron espléndidos para la poesía.
Otro momento pudo haber sido el vivir la pertenencia al grupo “Cobra”, un movimiento artístico fundado en París en 1948 y disuelto a los pocos años, pero de una pureza e intensidad muy fuertes, tanto en la pintura como en la poesía. El nombre del grupo surge de las tres ciudades de donde eran sus fundadores: Copenhague, Bruselas y Ámsterdam. Este movimiento editó diez números de su propia revista, llamada Cobra, haber estado en esos números y ser parte de esos encuentros hubiera sido maravilloso. Hugo Claus (uno de los integrantes del grupo, más conocido por sus novelas y sus pinturas que por su poesía), generó un mundo lleno de historias escritas con gran emoción, el habitar su literatura (como lector) me dio un mundo increíble, me trasladó a sus fantasías y a su lenguaje.
Otro tris que me hubiera gustado pertenecer o ser parte es el del surrealismo (me refiero principalmente al del surrealismo francés, el de André Bretón, aunque valoro mucho el surrealismo de esos años en la Argentina, con Enrique Molina y Aldo Pellegrini), no sólo por su riqueza poética, sino por todo lo que significó ese movimiento tan fuerte, de tanta poesía y belleza. Me parece un momento donde “la palabra” era la protagonista, como debe de ocurrir en la poesía.
Por estos lados de la tierra, pienso en Atahualpa Yupanqui, ser parte, estar a su lado debe de haber sido de un gran valor, tanto desde lo musical como desde lo poético, no son muchos los que hacen canciones y poesías al mismo tiempo, la riqueza de toda su obra hace que uno quisiera haberlo acompañado en su periplo.
Claro que no puedo dejar de pensar en Borges, en Juan Filloy, haber podido estar en sus mundos no sólo como lector hubiera significado una gran alegría, además de una infinita riqueza personal.
copyrigth©alejandrocesario
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