Especuladores de guerra de Christopher Richard Wynne Nevinson (Reino Unido, 1889 - 1946) |
Guerra
Vestidos de alambres cocíamos el porvenir
y los ancianos arrojaban frutas y verduras
hasta nuestros pies. Mi padre llenaba las mochilas
y éstas se convertían en una sorpresa
con olores a pescado y a cigarrillos. Fumaba mucho
y cruzaba las aceras con un cigarro en la boca,
mientras hacía huellas con las cenizas.
Yo guardaba silencio y lo veía en las mañanas convertido
en amianto, mientras miraba el reloj
en la
muñeca izquierda.
Él no acostumbraba a tejer las horas. Se la pasaba
pescando dientes de ajo en el mercado de San Martín.
Una vez se disfrazó de coronel y las mujeres
corrían por los pasillos para verlo, pero él se moría
en la guerra. En una batalla jamás ganada
mientras ardía la ciudad entera en la sala de la casa.
No lo pude ver
llorando de dolor sobre la roca
de la camilla, en
la tarde del 5 de mayo del año
de Nuestro Señor.
Su aflicción fue tan ingrata,
prefirió morir
antes de internarse nuevamente en la guerra.
Lo vi montado en
una tumba helada en un monasterio
mortuorio frío y
silencioso tal como son los muertos.
Sus ojos estaban
coloreado de un cobalto hostil
en un cuerpo de
negro. Recuerdo que una flor comenzó
a crecer en el
mismo lugar de su sepultura, por ahí,
dicen mis primas,
se escapó su espíritu para refugiarse
en la anchura de
nuestras memorias.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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