Escuchemos atentos el llanto del niño en el pesebre, escuchemos el llanto febril y emocionado del nacimiento. Ha llegado el niño Dios. Ahí junto al humilde pesebre se percibe la humanidad del recién nacido, su primer hálito de entusiasmo por conocer el nuevo mundo. Escuchemos con alegría las nuevas buenas que nos trae el niño que viene a traernos la paz y la esperanza de una nueva vida.
Oremos todos por aquellos que están lejos en esta noche eterna, que la distancia nos permita comprender la necesidad de experimentar la ansiada libertad.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Feliz Navidad 2019 a todos mis seguidores y seguidoras, a los amigos de ISLA INQUIETA, a aquellos que de modo especial se han acercado a mí a través de este medio, mis cariños y buenos deseos.
Nació El Redentor, nació, nació,
en humilde cuna, nació,
nació para dar
al hombre la paz, la paz
Paz y ventura,
ventura y paz.
¡Aleluya!
Yo quiero
cantarte, graciosa María
Nació El Redentor, nació, nació,
en humilde
cuna, nació, nació
para dar al hombre la paz, la paz
Paz y ventura,
ventura y paz
¡Alaben a Dios en su santuario
alábenlo en el firmamento de su poder
Alábenlo por sus hechos portentosos,
alábenlo por toda su grandeza!
En el cielo asoma, lumínica y pura la estrella
saliente, brindando su albura
¡Alábenlo con el fragor del cuerno,
alábenlo con arpas y con cítaras,
alábenlo con danzas y tamboriles,
alábenlo con mandolinas y flautas,
alábenlo con platillos sonoros,
alábenlo con platillos triunfales!
¡Alabe al Señor todo ser que respira!
Nació El Redentor, nació, nació,
en humilde cuna, nació,
nació para dar al hombre la paz, la paz
Paz y
ventura,
ventura y paz.
¡Aleluya!