de Gilberto Aranguren Peraza
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Los visitantes de Nicolai Petrovich Bogdanov Belsky (Rusia, 1868 - 1945) |
Inesperadamente
apareció la noche
y con ella
un ruido en
mi habitación: la envidia.
De igual
modo otros asaltaron: la furia
y la
tristeza llegaron
con el
mismo vestido.
El miedo se
presentó con una
túnica de
sombras. Su llegada mostró
al Silencio
erguido frente al espejo.
En un
rincón de la habitación, acurrucada,
estaba la
violencia.
A ella solo
le faltaba el consuelo para
revelar su
enorme potencial, mientras a mi lado
se sentaba
el ruido más ensordecedor
de todos:
la mentira.
Cuando abrí
la ventana para dejar entrar
la luz, los
visitantes se enredaron en las cortinas
y los rayos
entraron alumbrando cada rincón
de mi alma,
mientras observaba a un perro
esconder su
hueso en la grieta de la acera.
Fue cuando
vi el tumulto haciendo una bola
en la tela.
Un nudo amarrado
con la
vergüenza postrada
en mis ojos
de alambre.
Los ruidos
continuaron haciéndose
tan igual
como lo hacen las aves
cuando
hunden sus picos en el mar,
para luego
dejar
a la
intemperie
un amor
silencioso.
Las visitas
de estas almas dejaron
alborotada
la casa, la cual quedaba
vulnerable
ante cualquier
gota de
llanto.
Esta
tragedia interna terminó cuando, de forma imprevista,
se asomó a
la habitación la conciencia,
quien para
el momento de la presencia de las sombras
estaba
tomando una ducha.
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