La caída del hombre de Peter Paul Rubens (Alemania, 1577 - 1640)
Gilberto Aranguren Peraza
Los ladrones de los estadios de piedra
En espacios semiabiertos la trampa
se conjura. Una mosca entra en escena con un suave
movimiento. El camino se hace doloroso. Lento
Al final se ve al parapeto de hombre llevando a cuesta
unas horas despedidas por el aguacero
en la barca se denuncia el abandono
cargado de pieles. Pasan de largo las hileras de ventanas
desde donde se mira, intencionadamente, cómo la sed
de venganza se convierte en la imagen perfecta de justicia
El sol se oculta en las bocas
donde las mentiras caen de rodillas. Y el mundo
entra en pánico con sus elementos
porque los vampiros con armas en las manos extraen
la sangre caída en las calles
son los ladrones de los estadios de piedra
excavan el amor dejado un día
en un refugio más allá de la soberbia mostrada
En las avenidas quedan ideas como síntomas
de vergüenza
un niño con bandera en mano camina
distraído
una bala pasó y saludó.
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