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El espíritu de los muertos vela de Paul Gauguin (1892) |
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Encuentro tu cuerpo
ciudad
su gente deambulando
entre huellas
inconscientes
y el llanto de la luna
quien naufraga
con los mirones en silencio
canta
grita
perdida en las avenidas soleadas
sus calles abiertas y sensibles
duermen en mis dedos
los ruidos de la noche
los olores
y el color.
Los perfumes de las pieles mañaneras
bañan de miedo
lo profundo
de los lamentos
huyen y ríen
sin el saco del sosiego
mientras el rostro se encuaderna
extrañado y sin memoria
por los nidos
misteriosos de la calma
ahuyentando
las palabras sin tiempo
mientras duermen entre milagros
los depósito
y el estiércol sosteniendo la puerta
con sus labios de pan y cerveza
queda en las aceras
como abrigo.
Los pastores con sus cigarros
fueron un día
lumbres de amor
inventada por niños
sus músicas
llevaban atardeceres de abuelo
en las esquinas
sin imposibles
las montañas
enamoradas de la desdicha
viven preguntando
aunque
pensando en el mañana
¿Dónde estará
la ciudad construida
con alma
dolor
y tristeza?
Porque el río
sin líquido dulce
deja
tu almuerzo
el mío
esperando en la entrada
donde no soy
el astro
y sin remedio
espero el emporio
con mi espíritu estremecido.