Sabiendo la orilla de tu silencio
el camino a tu rostro es un hombre sensato y mudo
perdido en el ruido.
Por ello, los demonios regresan y descubren una fibra de tierra al lado de tu oreja.
Anónimo dos jóvenes con arpones en las manos pintura sobre estuco tumba de Kenamòn Gilberto Aranguren Peraza La huida “ ahora ...
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