Joven calentándose las manos con un brasero de Cesar van Everdingen (Países Bajos 1616-1678) |
Gilberto Aranguren Peraza
Cuando jugamos con las manos
Escucha aullar a los perros son como
campanas a mitad de la oscuridad. Levántate
los sonidos traen a remolque una montaña
de susurros. Te dije, aun dormida, del frío
de estas noches. Por ello me acurruco al ladito
de tus pies esperando calentarme mientras escucho
a la perra aullar. No son más de las dos y la ventana
se estremece cuando jugamos con las manos.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
No hay comentarios:
Publicar un comentario