Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Las velas gritan
en la ventana
los corazones
abiertos pintan paredes
con tintas de
Losartán aguaceros de octubre
metidos entre
las piernas de un día domingo.
A merced de las
horas sentadas en las raíces
la brisa es
apenas una breve idea de la corta
tensión de la
mujer a orillas de los labios
de buñuelos avergonzados
por tanto escribir poesía.
Las letras
saltan con los senos al aire
inmaculados por
el frescor del rocío
con las acequias
desplegadas en migajas
de luna
despidiéndose de los dioses
atormentados por
las figuras de medianoche
y por la
paciencia de la luz a carcajada.