Jardín de agua en la casa de madera de Gaines Ruger Donoho (USA, 1857 - 1916) |
El desierto
Gilberto Aranguren Peraza
Cuando en mi casa los sapos miraban el abismo
con sus propios ojos de sapos y los granos de té
en ebullición
resbalaban hasta la puerta como las mismas
gotas de rocío en la ventana
el silencio del olfato del zorro arrullaba el galope
dejado por la lluvia.
Era así, como posado en la ventana, junto al jardín
de la inclemencia de aquellos días confinados
los libros no hacían más nada sino esperar
tanto a los recuerdos
como al día
o simplemente, verme,
sentado
en la sala mirando
el infinito
con un tabaco en la mano.
Los muchachos vestidos de azul, regresaban después
de deambular por los corredores
con sus sortijas de mármol prendidas en los dedos.
Gritaban de felicidad cuando veían a las lagartijas
mirarse en el espejo de las pequeñas lagunas
dejadas por la lluvia en los espacios desiertos
del césped.
Y solo quedaba mi fragilidad
al murmullo de los insectos
escondidos entre las ramas de la trinitaria
acostado en la hamaca
sumergido en los olores fantasmales
aún veo bailar al jardín
adornado con estériles franelas de algodón
haciendo la danza del escarabajo
y convirtiendo su sonrisa en una porción de la noche.
En ese desierto solo veo y escucho
el fragmento de las voces
y a las hormigas recorrer mi boca con
un leve olor a panadería
y a la salamandra
señora de los infiernos
dibujar el mismo lago en el cuaderno.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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