Un hombre joven en la ventana de Gustave Caillebotte (Francia, 1848-1894)
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Cada vez, cuando me levanto
acudo bajo la hipnosis de la desfachatez
al celular
dejando de mirar a la mujer
quien con ternura ha decidido
dormir a mi lado.
Primero el Instagram
luego el Facebook
después el correo electrónico
por último las voces
del WhatsApp.
Todo es un ritual
aprendido no sé cómo.
Cuando comen los chicos
se sientan
olvidando a los presentes
y al ladito del plato
el celular
prefieren la guerra de las galaxias
y las miradas oxidadas de los memes
los pobres se ríen solos
y yo no los entiendo.
Un niño desde el balcón observo
sale a diario con su perro
a la misma hora
por los mismos rincones de la plaza
en cada cinco minutos saca de su bolsillo
el celular
lo guarda siempre como queriendo
deshacerse de él
cuántas veces ha sacado el joven
ese misterioso aparato
cada vez lo ve como si viera algo nuevo
lo guarda
lo vuelve a guardar
pero al final vence la incógnita
e introduce sus dedos
y como por arte de magia
aparece el demonio
convertido
en celular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario