Meki Megara (Mghara) (Marruecos, 1933 - 2009)
Gilberto Aranguren Peraza
Sentado en la Oscuridad
En la
sala de mi casa hay cojines de conejo
advirtiendo
la luz de la calle. Están asignados al sofá
cuidando la ausencia de los niños.
Hay un quijote
en la
mesa del centro resguardado entre viejos
libros.
Ellos seducen la brisa cuando entra
templada
por la ventana.
Las arañas se acuestan en la pata de la mesa
cuando
los chicos vestidos de negro bailan
distraídos
sobre la alfombra. En la puerta
de la
nevera los retratos de “las cosas por hacer”
hacen una
fanfarria cuando escuchan mis pasos.
El guiso
de tomate preparado para los canelones
enrollados
con cenizas se esconden en las vegas
ambulantes
e imaginadas del caldero. Y con una canción
distraída
de Miguel Bosé me acerco a la ventana
para ver
las escaleras como si esperara tu llegada
en
cualquier momento podrías abrir la puerta
con fría
delicadeza con tu aroma a manzana
inundando
el aire.
Pero no, la luz sigue siendo la misma con
los mismos
alambres
alumbran esta sala de circonio y de rastros
de alcohol.
La
televisión se autosintoniza en el canal de los días oscuros
aquellos
donde me ocultaba en la sombra de una vela
y en la
gastada mirada de una Virgen colocada
en la
pared. Aún queda el dolor de mis rodillas
esa
sensación hostil haciendo fiesta en las tardes
conmovidas
por el
calor del verano. La casa continua con sus ruidos
las
puertas se abren solas los metales chillan
en las noches
y por las
paredes se deja escuchar cualquier cantidad
de
animalitos. Hoy por ejemplo se movieron los libros
con ellos
se estremecieron las patas de la mesa y un gato
se asomó
por la ventana, miraba con alegría a la lagartija
del
cuadro mientras yo veía en la televisión el canal
austero de noticias.
En medio
de las noticias pasan desapercibidos
los
fantasmas inundando el salón como metáforas.
Las
cortinas se sobresaltan con la llegada de la
medianoche
al fin el
sapo vino a cantar con voz agónica
el pobre
colgó su sombrero en la cerradura de la puerta
y los
vacíos de la casa convertidos en enigmas
resolvieron
por fin esconderse
debajo de
las sábanas.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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