Dos hombres de Charles Blackman (Australia, 1928 - 2018) |
Gilberto Aranguren Peraza
La llegada del silencio
Buenas
noches hermano, despierta y escucha los pasos
de las
muchas liebres acorraladas en la ventana
observan
cómo cae la lluvia de medianoche
con la
luna escondida entre las esquinas del callejón.
Levántate.
Fíjate de la poca sombra.
Ella
tiene
frío y hambre. Por eso come hierba amarga
después
de las once. Recuerda cuando amé
al niño
pintado en el mostrador: sus ojos llenos
de
albahaca eran simples almendras mirando
mi
rostro. Era el ángel de las 4:30 pm. El mismo
tomado de
la mano por encargo del cuidador
escondido
en los arbustos.
Fíjate de
las mujeres con rostros infantiles
y de los
hombres con escasos músculos
no eran
varones. Eran inciertos prodigios nocturnos
marionetas
de horas abrumadas inmortales caballos
con lenguas de gatos.
Y de
aquella casa con ventanales hasta el techo
con
cristales en la sala donde las niñas miraban
el
terciopelo de sus hermanos mientras ellos
tejían el
mimbre de sus desesperanzas.
Tenían
cuerpos blancos y cabellos de estrellas
flotaban
como globos mientras el reloj agradecía
la llegada del silencio.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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